Informe especial: adopciones internacionales, una tendencia que crece en Argentina

Marcelo Barroso, junto a su señora estuvieron entre 5 y 6 meses entre trámites y entrevistas para ingresar al Registro Único de Adoptantes (RUA). Después de eso comenzó la espera. Ansiaban el llamado para decirles que había un hijo esperándolos, que iban a cumplir su sueño de ser padres, pero parecía que nunca iba a llegar. Y pasaron cuatro años y medio hasta que apareció Tomás. “Tuvimos suerte porque era grande de casi 8 años y ya 20 parejas que estaban antes de la lista se habían negado a adoptar porque era grande. No es una edad a la que muchos matrimonios acceden a adoptar por toda la historia que traen, lamentablemente, y que es muy difícil y bastante complicada”, mencionó. Hoy, el pequeño está entrando en la adolescencia, feliz de estar con su nueva familia.

Fernando Bonalumi, es de Córdoba, tiene 34 años y está casado con María Eugenia. Ellos decidieron no padecer con los trámites que implica adoptar en Argentina. Viajaron a Ucrania y se convirtieron en padres de Sofía, de 8 años. Gastaron entre 20 y 25 mil dólares entre pasajes, estadía y trámites. Un facilitado- así le llaman a la persona que los asesora el proceso- les gestionó un lugar donde quedarse y los llevó al orfanato donde vivía la menor. “En Ucrania no te regalan a los chicos, sino que favorecen al menor. No a la familia adoptiva o biológica, sino al chico. Desde que llegué tengo controles exhaustivos del gobierno”, dijo Fernando. Están pensando en volver al país de Europa del este para buscar un hermanito o hermanita para Sofía.

En 2011 Unicef realizó un estudio en el cual de los 12.333.747 niños, niñas y adolescentes que constituían el 30,75% de la población argentina, 14.675 son niños, niñas y adolescentes estaban sin cuidados parentales. Es decir, uno de cada 1.000 niños, niñas y adolescentes se encontraba sin cuidados parentales y con algún tipo de abrigo en el país. San Luis contaba con  308 niños de 0 a 17 años en adopción. Según el último censo (2010), en la provincia había 144.963 menores. Es decir, que los chicos sin cuidado parental  era de 0,21 por ciento.

La jefa del subprograma "Familia Solidaria", Claudia Aberastain,  señaló en la provincia hay una gran demanda de niños y adolescentes en riesgo de vulnerabilidad y que, desde el sistema, solicitaron a la justicia que apresure los tiempos para que los niños pasen a adoptabilidad, pero aseguró que aún no recibieron respuesta.

En el RUA de San Luis, informaron que en la provincia hay un estimativo de 15 adopciones por año. Sin embargo, el coordinador, Federico Gorchs Vílchez, se negó a brindar una entrevista a El Diario de la República y se limitó a enviar unas respuestas concisas a través de mail.

"En Córdoba pasó lo mismo. Es porque no saben qué decir. Quisiera saber cúal es el puente que falta entre el niño y las familias que quieren adoptar. Porque la verdad no lo entiendo", bramó Bonalumi.

Las historias sobre las dificultades para adoptar en la provincia, y el país, se reiteran y son muchas. Algunos no se animan a dar sus nombres porque aún continúan con los trámites, aunque ya tengan a su hijo con ellos, y no quieren tener problemas. Y otros, como Bonalumi, deciden directamente intentar con la adopción internacional. En nuestro país está prohibida, es más para acceder al RUA, deben tener al menos 5 años de residencia.

El ingeniero sostuvo que el sistema en Ucrania funciona mejor y por eso el proceso fue ágil. También aseguró que el dinero que gastaron es menos de lo que otros amigos suyos tuvieron que pagar por abogados y gestiones burócraticas. Pero también hay que tener en cuenta que mientras en Argentina la tendencia de adopciones internacionales parece crecer, en países como España, uno de los que más cantidad tenía, desde 2007 las cifras descendieron un 17%. Una de las razones, según  medios españoles, es debido al aumento de los casos de niños ucranianos (y rusos) con Síndrome de Alcoholismo Fetal (SAF), vinculado al consumo de alcohol de la madre durante la gestación. Puede generar desde microcefalia hasta trastornos de aprendizaje.