El "Turbo" del KO, una de las grandes promesas del boxeo mercedino

Fabricio Bea tiene un gran futuro por delante en el boxeo. Lleva dos peleas como profesional y las dos ganadas por nocaut. Tiene sólo 19 años y sueña a lo grande. No es para menos, la pimienta de sus manos invitan a la ilusión. Combate en la división superpluma -hasta 58,900 kilos-.
Nació en Villa Mercedes. Es un pibe de barrio. Abrazó el deporte de los puños a los 14 años, después que su abuelo Oscar le insistiera. Llegó con un bolsito lleno de ilusiones al gimnasio de Lucas Villegas -el entrenador de Yohana Alfonzo- y de ahí no se separaron más.
A pesar de su corta edad, en el amateurismo hizo cuarenta combates, solo una vez lo pudieron vencer. Vive en pareja con Tamara, del fruto de ese amor nació Sair, de ocho meses.
Nadie le regaló nada. Todo lo hizo y lo hace a puro sacrificio. Se levanta todos los días a la cinco de la mañana, porque media hora más tarde sale a correr. Regresa a su casa. Y después se va al gimnasio a hacer circuito. Son dos horas de entrenamiento por la mañana. A la tarde trabaja de 18 a 21 en el gimnasio. La rutina es de lunes a sábado. Sólo descansa el domingo.
Tiene dos hermanas: Giuliana (11 años) y Zaira (9). Papá Miguel y mamá Analía también sufren cuando al "Turbo" le toca subir al ring. Los tranquiliza la sobriedad con que gana las peleas Fabricio. Les duran pocos los rivales. El villamercedino los manda a dormir temprano. El sábado en Junín, la víctima de turno fue Lucas Pereira, al que noqueó en el tercer round. "Los dos primeros asaltos equivoqué el camino, aposté a una mano voleada, él hacía un paso atrás y me dejaba colgado", dijo el "Turbo". Del rincón lo hablaron. Cambiaron la estrategia. Sacó más la derecha en punta, lo buscó abajo, cuando el rival bajó la mano, sacó una derecha que encontró la mandíbula, y lo mandó a la lona por toda la cuenta de protección. Nocaut en el tercero.
Fabri tiene una gran ventaja: pega muy duro. La pimienta de sus manos le dio frutos hasta el momento. A pesar de combatir con adversarios más altos que él, se las ingenia para acortar la distancia, con pasos laterales y muchos movimientos de cintura, "burla" la estrategia del rival, para conectar su manos.
"La idea es bajar de categoría, a pluma -hasta 57-, ahí mi mano puede hacer más daño todavía", dijo el mercedino que tiene como ídolo al "Chino" Maidana, aunque en el mundo del deporte de los puños le dicen que tiene un parecido en su forma de boxear a Brian Castaño.
Fabricio tiene la humildad como bandera. Entrena duro para ser campeón. Quiere hacer una decena de combates este año para llegar a 2018 con alguna chance por título. 
Divide su tiempo entre su familia y el gimnasio. Tiene todo para colgarse algún cinturón, en la producción de fotos se los pidió a Yohana Alfonzo, pero él sabe que si sigue por esta senda, los próximos cinturones serán propios.
Fabricio Bea, el "Turbo" del KO que tiene la provincia.