El último terremoto de 8,3 en la escala de Richter que golpeó a Chile, y que se sintió fuerte en San Luis, hizo ver a los puntanos que la provincia no está blindada a los efectos de estos fenómenos. El docente del Departamento de Geología de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Carlos Costa, dijo que "para saber a ciencia cierta cuáles son las zonas conflictivas hay que realizar estudios de microzonificación sísmica. Existe un mito que en San Luis no hay problemas porque el suelo es arenoso, y justamente ese tipo de tierra es el más peligroso porque ahí sucede un fenómeno llamado licuefacción, que se comporta parecido a la arena movediza cuando pasa un sismo”.
Sostuvo que “si uno piensa en la ciudad de San Luis, se debería realizar un estudio detallado de las zonas como el cauce del río San Luis o Chorrillo y la parte de la Legislatura. Esos lugares son antiguos y están formados por sedimentos del cauce del río. Cuando vas del centro hacia el Shopping, por avenida Perón y pasás Ayacucho, hay una bajada. Esas son antiguas terrazas del río, son niveles que separaban distintas alturas del cauce del río”.
En el territorio puntano hay otros sitios a los que se les debe prestar atención. El especialista destacó que las fallas principales de la provincia están ubicadas en las sierras que bordean San Francisco y el sistema al oeste en la zona de los Comechingones (Merlo y la zona hacia el sur).
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