Chile: 12 muertos y un millón de evacuados tras el sismo

La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile (Onemi) cifró ayer en 12 los muertos —y en nueve los heridos— tras el terremoto de 8,4 grados en la escala de Richter que el miércoles a la noche afectó a varias regiones de ese país, donde un millón de personas permanecían evacuadas, y se contabilizaron 175 viviendas con daños mayores y 288 con daños menores. La onda expansiva del terremoto llegó a sentirse en Argentina.
La presidenta Michelle Bachelet confirmó que el millón de evacuados pertenece a la zona costera —donde ya no rige el alerta por tsunami— y precisó que todos los hospitales están funcionando, al igual que los aeropuertos, mientras que hay cerca de 100.000 familias sin luz. 
Por el sismo, que se sintió el miércoles a las 19:54 y tuvo como epicentro a Illapel, esa ciudad a 230 kilómetros de Santiago  quedó totalmente devastada y con un tercio de su población afectada, por lo que las autoridades emitieron el alerta sanitario.
Diez mil de sus treinta mil habitantes fueron damnificados de uno u otra forma.
Cinco años después de que las costas del sur de Chile fueran asoladas por un potente sismo de 8.8 grados Richter y un maremoto, con un saldo de más de 500 muertos, ahora fue el norte el que se remeció y enfrentó la furia del mar. 
"Vivimos una noche de pesadilla, el movimiento fue mucho y fue largo, demasiado largo, y siguió con las réplicas", contó María Ramírez, mientras barría la puerta de su casa ubicada frente al cementerio de Illapel.
Ayer durante las primeras horas de la mañana, quedaron al descubierto  las marcas de la tragedia en la localidad: la destrucción de casas construidas en su mayoría con materiales livianos. El cementerio local era un caos, con decenas de cruces, jarrones y tumbas hechas añicos.
La región fue declarada bajo estado de excepción constitucional de emergencia, lo que la deja a resguardo de las Fuerzas Armadas, según anunció el ministro del Interior y Seguridad, Jorge Burgos.
La última víctima fatal reportada es un hombre que murió en la caleta de pescadores de Coquimbo, un colorido puerto del norte chileno, que lucía arrasado por el mar.
El movimiento telúrico activó de inmediato una alerta de tsunami en todo el borde costero chileno y varios países con costas sobre el Pacífico, que fue cancelada horas después.
La alerta de tsunami motivó en Chile la evacuación hacia sectores altos de un millón de personas, sin mayores complicaciones. Pocas horas después, todos habían regresado a sus hogares.
Las estructuras de gran parte del área afectada resistieron el nuevo embate de la naturaleza. 
En las provincias andinas argentinas el sismo tuvo una magnitud de entre 5 y 6 grados en la escala Mercali Modificada (mide la intensidad con la que el sismo es percibida en cada lugar, mientras que la de Richter mide la magnitud del siniestro por la cantidad de energía liberada), y de 3 grados de esa misma escala en la ciudad de Buenos Aires, donde no se registraron daños pero sí un muerto en el barrio de San Isidro.