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Desplazan al jefe de la Regional policial de Villa Mercedes

Por redacción
| 08 de julio de 2015
Bertoli (izquierda) y Ortiz, los dos jefes removidos.

Con 34 años de servicio y tres períodos como jefe de la Unidad Regional II, con asiento en Villa Mercedes, el comisario general Sergio Bertoli quizá tenía una última aspiración para cerrar su carrera: ocupar el sillón de jefe de la Policía provincial. Ayer, esa posible ambición quedó más lejos de concretarse. En una de sus últimas resoluciones como jefe de la fuerza, Diego Pagella decidió remover a Bertoli y a quien se desempeñaba como subjefe en la misma unidad, el comisario mayor Gustavo Ortiz. Sus reemplazantes serán los comisarios mayores Walter Cuello y Oscar Contrera, respectivamente.

 


Ayer, en su página web, la Agencia de Noticias San Luis (ANSL) explicó sin abundar en detalles que los cambios obedecen a “cuestiones estrictamente funcionales y que hacen a la organización de la institución”.

 


Sin embargo, una fuente de la Policía reveló otra razón. Al parecer, Bertoli –quien tiene más años en actividad y más jerarquía que el subjefe de la fuerza, comisario mayor Marcelo Balbo,– “les hizo el vacío” a éste y al abogado Pagella, que ayer dejó su cargo como jefe de Policía para reemplazar al renunciante ministro de Seguridad, Martín Olivero (ver página 3).

 


La situación se hizo patente sobre todo estos últimos días, tras el asesinato del auxiliar Rodolfo Domínguez. Bertoli “no informaba de nada” a sus superiores, aseveró la fuente.

 


No es descabellado que un policía formado en el respeto a la jerarquía y el verticalismo responda con indiferencia ante un jefe civil y un subjefe con menos estrellas. Ésta fue, según interpretó el informante, la forma que Bertoli tuvo de expresar su disgusto. Ayer, El Diario intentó comunicarse por teléfono con el jefe saliente, para consultarle sobre estos dichos, pero no contestó llamadas en el celular provisto por la institución.

 


Hace casi dos años, a fines de julio de 2013, Bertoli iniciaba el que es, hasta ahora, su último período en la jefatura de la URII. Miguel Ángel Ubieta, cabeza de la fuerza en ese entonces, los designó a él y a Ortiz en lugar del comisario inspector Fabio Santana y el comisario Pablo Rubatto.  En aquella oportunidad, dos casos tuvieron la gravedad y el peso suficientes para que ambos fueran removidos y pasados a disponibilidad mientras investigaban su responsabilidad funcional en esos hechos.

 


Uno fue la desaparición de un vecino de Villa Mercedes, Iván “El Mono” Cooper, cuya osamenta quemada apareció, finalmente, en un tacho que estaba en el patio de su casa, que la Policía supuestamente había revisado al inicio de las averiguaciones. Cooper fue asesinado y sus homicidas intentaron deshacerse de su cuerpo prendiéndole fuego. El otro caso fue una denuncia por torturas en la Comisaría 9ª, que derivó en la detención y el llamado a indagatoria de dos inspectores de esa seccional. Después, una Cámara de Apelaciones de Villa Mercedes dejó sin efecto la prisión preventiva que les había dictado la jueza Penal Nº 3 Mirta Ucelay. Ahora, por esos giros del destino, Bertoli también se va con la carga de una desaparición que huele al final menos deseado y un homicidio no esclarecido.

 


De Abel Ortiz nada se sabe desde hace casi diez meses. Que la víctima del último asesinato que hubo en Villa Mercedes sea Domínguez, un camarada, le da al caso una particularidad. Puede suponerse que, dado que se trata de un compañero, los investigadores redoblarán sus esfuerzos para dar con el autor. Sin embargo, a once días del crimen, no hay pistas certeras de quién acribilló al auxiliar.

 


El viernes, en el último contacto que El Diario tuvo con él en su despacho, Bertoli se mostró esperanzado en la resolución del caso.

 


Ortiz, quien era coordinador general de las divisiones y brigadas afectadas a la investigación, coincidió con él. “Estábamos muy bien encaminados”, aseguró en una breve comunicación telefónica, ayer a la tarde. Razona que sus desplazamientos obedecieron a las presiones –internas y externas, incluidas las de orden político–que desatan hechos como éste. Y refirió que tanto él como Bertoli esperaban ayer que los notificaran de modo formal de la resolución: sólo les habían dado la novedad por teléfono.

 


Según Ortiz, Bertoli sólo fue informado de la remoción, sin indicársele cambio de destino o pase a retiro. Si bien Balbo le indicó a El Diario que Ortiz volvía, “por disposición del ministro, a trabajar en la comisión que investiga el caso de Brenda Arias –una joven calcinada en Villa Larca, en 2009–", el comisario mayor desplazado aclaró que, hasta ayer, no había recibido ninguna comunicación oficial sobre qué tarea cumplirá de aquí en más y en dónde lo hará.

 


El subjefe de Policía quedó a cargo de la jefatura de la fuerza, en forma interina, confirmó anoche el propio comisario mayor Balbo.

 


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