Informe especial: la atención de PAMI genera cada vez más quejas

Hace más de un año que estoy luchando para que me den una prótesis importada, porque el doctor no me quiere operar con la nacional. El tema es que no me la quieren dar porque dicen que como soy mayor de 70 años, no me corresponde una extranjera”. Crespín Montero es uno de los miles de jubilados que sufren la prestación de PAMI.

Como el caso del abuelo de 77 años de Villa Mercedes, El Diario de la República constató diversos episodios que apuntan contra la obra social nacional para los adultos mayores, por lo que muchos terminan en los hospitales y centros de salud públicos.
A la falta de consideración por entregar una prótesis, más allá del protocolo interno que manejen los directivos de PAMI, se le suma la mala atención en las sedes, la demora en la entrega de los medicamentos e insumos, y la cantidad de tiempo que tardan en atenderlos, con o sin turnos. Párrafos, críticas y quejas apartes para la prestación del Ramos Mejía, un sanatorio saturado y que hace tiempo que tiene que  derivar pacientes de San Luis a Villa Mercedes.

“Por suerte, estos últimos días no me tuve que atender, pero siempre cuesta conseguir los turnos, y encima te los dan para dentro de uno o dos meses. Y cuando vas de urgencia al sanatorio, si sos de PAMI, te hacen esperar un montón de horas. Por eso, muchos terminamos en el hospital, donde es más rápido”, contó Clara Baigorria, de 67 años.

Para la presidenta del Centro de Jubilados de la Provincia, Susana Arce, el gran conflicto que tiene la obra social es la falta de espacios, convenios y recursos humanos.
“No puede ser que todo se concentre en el Ramos Mejía, que justamente es un caos por la cantidad de gente que tiene que atender. Entonces, es lógico que se desborde y que muchos sean mal atendidos, o no tengan plazas para la internación, etcétera. Y otra de las quejas es porque a veces les entregan los medicamentos con más de tres meses de demora”, explicó Arce.

Ante este difícil cuadro, la Clínica del Aconcagua, de Villa Mercedes, desde principios de año que recibe pacientes de la capital, además de los que llegan de distintos puntos del interior, como Justo Daract, La Toma y Unión, según indicó Nicolás Manissero, del área de administración.
“El mayor problema que tenemos con PAMI es la falta de entrega de insumos y prótesis, que es en mi caso porque soy traumatólogo. Si bien se están tratando de agilizar los plazos, he tenido, por ejemplo, un paciente que venía de San Luis y llevaba tres meses con la cadera fracturada”, contó su director médico, Valentín Almada, y agregó: “Pasa que muchas veces no entregan, por ejemplo, una prótesis en tiempo y forma, y ya teníamos al paciente internado, esperando la cirugía. Entonces hay que reprogramar todo, y entramos en una cadena donde se van acumulando todas las intervenciones que hay que hacer”.

Pero la problemática no sólo afecta a San Luis y Villa Mercedes, sino que se profundiza en el interior provincial.
Alejandra Romero se sacó el “traje” de abogada y habló como vecina de Quines: “No hay manera de reclamar por las prestaciones de salud. Por eso, antes que quejarse y esperar, la mayoría de la gente se va a la capital. Es una práctica muy común en los pueblos, porque directamente hay muy pocos médicos que te reciben PAMI. Y todos se acostumbraron a que funcione así", lamentó Romero.