Llegó el momento de apostar a otros colores

Con los vinos tintos ganando mercados y cosechando premios internacionales desde el año pasado, la bodega Los Coros decidió incursionar en nuevos productos para ampliar su universo de consumidores en un mercado cada vez más diversificado y exigente.

Por eso en los próximos días comenzará el embotellado de dos variedades que hasta ahora no formaban parte de su catálogo: un rosado producido a partir de uvas Malbec y un Viognier blanco.

"En el ambiente vitivinícola hay que innovar permanentemente, estar al tanto de las tendencias, de los gustos variables de los consumidores, y de paso aprovechar los subproductos, jugar con lo que tenés y siempre dar un paso más allá", explica Gustavo Silvestri, el enólogo principal de la bodega ubicada en Beazley y responsable directo de la calidad de los vinos. Está seguro de que "los consumidores buscan cambiar permanentemente, están bombardeados por publicidades que los conducen a probar nuevas variedades y nosotros estamos obligados a seguirles el ritmo. Por eso ahora que el rosado y el blanco están cobrando fuerza tenemos que poner botellas de Calígula con estas variedades en todas  las góndolas posibles".

En ambos casos, Los Coros ya venía trabajando con parrales que apuntaban a estos nuevos productos. "Teníamos una hectárea y media de uvas Viognier y además otro tanto de uvas de mesa a la que no le dábamos tanta importancia. Entonces decidimos hacer un ensayo y nos sorprendió la calidad obtenida", contó el enólogo mendocino. Por ahora sólo tienen ensayos y catas privadas, pero al parecer el Viognier tuvo buena aceptación de la crítica, por lo que en pocos días comenzarán a embotellar y rápidamente salir al mercado. El vino blanco, a diferencia del tinto, no debe estar demasiado tiempo sin ser consumido, por lo que los tiempos comerciales van a ser otros, más dinámicos.

El lanzamiento de un varietal blanco demuestra que la bodega está preparada para seguir creciendo. "La elaboración es muy diferente a la de los vinos tintos, pero tenemos todos los elementos y la infraestructura para hacer un gran producto, a pesar de las complejidades que conlleva hacer un vino blanco de calidad", asegura Silvestri.

A lo que se refiere es al delicado proceso de fermentación, que se hace a una temperatura menor, entre 14 y 16 grados, mientras que los tintos fermentan a 24 y aún más, hasta 27 grados. "La uva tinta tiene el color en el hollejo, por lo que se fermenta todo, en el caso de los blancos el proceso sólo abarca el líquido", aclara el especialista.

Con los vinos blancos hay que tener cuidado durante todo el proceso porque hay peligro de oxidación durante la fermentación, que dura unos 15 días, una semana más que los tintos.

En cuanto al recorrido comercial, está convencido de que hay un nicho para el Viognier que hay que aprovechar. "La gente se cansó un poco del Chardonnay, entonces se está volcando al Sauvignon Blanc y al Viognier, que son los que más crecieron. La única excepción es Salta, pero allá tienen bien desarrollado el Torrontés y van a seguir así. Si hacemos un buen producto, y creo que estamos en el camino correcto, es un vino que se va a vender muy bien", dice el enólogo, que ya decidió junto al ingeniero Carlos Bourguet, quien está a cargo de los viñedos, implantar tres hectáreas más de Viognier a partir de un novedoso proceso de injertos en las viejas parras de uvas de mesa.

Un dictado de la moda

En cuanto al lanzamiento del rosado de Malbec, Los Coros no hace otra cosa que seguir lo que dicta el mercado. Hoy los rosados, en todas sus variedades, están de moda. "Como ya teníamos bien desarrolladas las 25 hectáreas de uvas Malbec, no hubo problemas para abastecernos de la materia prima para hacer el rosado. Son muchas las bodegas que se basan en esta uva, pero tiene una diferencia fundamental en el proceso respecto de los tintos. Allí fermentás con orujo y todo, mientras que el rosado lo prensás antes y lo fermentás de la misma manera que el vino blanco", cuenta Silvestri.

La primera partida sería de alrededor de 4.500 botellas y el enólogo anticipa una buena calidad: "Teníamos más expectativa que con el blanco por la simple razón de que ya sabemos hacer tintos de Malbec".

Por eso no sorprendió que aún antes de salir al mercado ya el rosado se colgara una medalla. Fue una de plata en el concurso Vinandino, uno de los más importantes del ámbito internacional que se realiza en Mendoza. "Por ser un vino tan joven es un gran logro, que pudo ser mayor aún para la bodega porque el resto de los varietales no sacó premio por apenas un punto", se lamenta en medio de los festejos por el reconocimiento temprano al rosado.