“Aprendamos a no olvidar nuestras raíces, porque el árbol vive de sus raíces. Porque quien no recuerda su pasado en el presente, no podrá vivir en el futuro”, así, con mensajes claros y contundentes, monseñor Pedro Daniel Martínez encabezó la misa central por el Cristo de Renca.
Bajo una mañana gris que palabra tras palabra se despejaba de las nubes, el obispo de San Luis le explicó a miles de vecinos de la provincia y regiones cercanas la esencia de la peregrinación y la fiesta patronal.
“No sólo venimos a rendirle culto, sino también a pedirle algo. Un perdón, una gracia, un consuelo por un familiar. La peregrinación significa un momento de purificación. Y mirando al Cristo en la cruz, quedamos curados. Porque cada uno de nosotros, en su corazón, le decimos al Señor: ‘No me he portado bien, pero quiero hacerlo, por eso vengo, porque quiero que perdone mis faltas’. Esos pequeños gestos, como venir caminando o ‘rengueando’, lleva cosas especiales”, señaló Martínez.
A las 11, los gauchos y pobladores de Renca se pusieron la imagen del Cristo al hombro para encabezar una procesión multitudinaria, rodeada de niños, padres, abuelos, cámaras de fotos y pañuelos.
Ya para el cierre, luego de destacar la participación del gobernador Claudio Poggi y senadores, diputados, intendentes y dirigentes principalmente de los departamentos Junín y Chacabuco, el obispo explicó el camino eterno de la fe: "Una persona que no tiene a Dios, no tiene futuro. Podrá tener avances y estudios, pero nada más. El futuro es la vida eterna, y la vida de este mundo se termina. Entonces, quién tiene a Dios, tiene futuro. Quién no tiene a Dios, ¿qué tiene?”, afirmó monseñor.
A las 11, los gauchos y pobladores de Renca se pusieron la imagen del Cristo al hombro para encabezar una procesión multitudinaria.


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