Las joyas rodantes enamoraron a grandes y chicos a su paso

“Que bárbaro, sólo falta que esté Eliot Ness adentro”, exclamó un hombre de unos 70 años, mientras admiraba a una de las 62 joyas que participó ayer del IX Rally Calle Angosta de Autos Antiguos. Una vez más quedó demostrado que esta propuesta la disfrutan quienes pilotean las reliquias rodantes y quienes simplemente observan con admiración.

"Manejar este auto produce la misma sensación que acariciar a una bella mujer"

A las nueve de una mañana gris y con llovizna, frente al edificio municipal se montó la rampa de largada. Luego de un homenaje a un miembro de la Asociación de Vehículos Antiguos de Villa Mercedes (AVAViM) fallecido hace algunos meses, las máquinas más antiguas partieron hasta San José del Morro y los modelos “modernos” hasta La Toma. Después hubo almuerzo en el Boliche Don Miranda, pruebas de habilidad conductiva en el parque Eva Perón, y anoche todos los participantes disfrutaron del cierre con una cena de gala.

“Estamos muy contentos a pesar de que nos asustó un poco la lluvia, pero fue una jornada muy agradable que nos dio un marco diferente a todos los encuentros anteriores. Tuvimos participantes de Neuquén, Chaco, Entre Ríos, Tandil, Bahía Blanca, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Bell Ville, Río Cuarto”, expresó Gustavo Milani, uno de los organizadores de AVAViM.

Las fotos fueron constantes, los coches quedaron registrados en cientos de cámaras y celulares; con sonrisas dibujadas rememorando otras épocas, o rostros sorprendidos, la gente disfrutó de cada uno de los vehículos a su paso. Dentro de ellos, viajaban matrimonios mayores, otros más jóvenes, padres e hijos, y algunos solos; todos amantes de los autos que podrían integrar un museo.

“Es difícil de explicar es una gran pasión. Tengo varios coches antiguos, me doy el gusto de usarlos a diario, si hay que viajar se viaja, si llueve no importa; yo creo que estos autos hay que usarlos, porque no sirve limpiarlos y mirarlos encerrados en un galpón”, explicó Einar Horten, quien manejó solo desde Villa General Belgrano para participar por séptima vez del encuentro mercedino.

Para comprender la sensación que cada participante siente al manejar sus “chiches”, hubo distintas interpretaciones, pero un chaqueño fue muy claro con una metáfora contundente: “Manejar este auto es como hacer de cuenta que estoy acariciando una hermosa mujer, ésa es la sensación”, definió Marcelo Bognano, quien trajo desde Resistencia un impecable Ford 1936 original y puede viajar a una velocidad de hasta 90 kilómetros por hora.