Un hombre le cortó tres dedos con un machete: "Quería matarme"

A Federico Ariel Suárez ya le hicieron dos operaciones y tienen que hacerle una tercera para tratar de que los dedos meñique, anular y medio de su mano izquierda le sirvan casi como antes, cuando eran su principal herramienta, ya que tiene un taller de chapa y pintura. El próximo lunes van a hacer dos meses desde que un automovilista con el que discutió por un roce de tránsito se los cortó con una hoja de acero que usó como machete.

"Me cortó los tendones y flexores y me fracturó las falanges. A una, inclusive, me la trizó”

Pese a sufrir incontables secuelas físicas, económicas y psicológicas por el ataque, Federico, de 32 años, sabe que podría haber sido peor. Está convencido de que la intención del agresor, al que identificó como Roque Felipe Rosas, vecino de Las Chacras, Juana Koslay, era matarlo.

“Estaba decidido a matarme, porque si yo no atinaba a hacer esto (levanta el brazo izquierdo para cubrirse la cabeza), a querer cachetearle el machete, me cae en la cabeza o en el cuello”, dijo ayer en una entrevista con El Diario de la República.

Recordó que sintió un dolor indescriptible. “Sentí que me salpicó la sangre en la cara. Y cuando me miré la mano, vi los dedos colgando”, relató.

“Cuando le dije ‘mirá lo que me hiciste, me cortaste los dedos’, me dijo ‘si hubiera traído el fierro, te pego un tiro’”, recordó la víctima.

Suárez asegura que no entiende por qué el hombre que lo lesionó de ese modo tan grave no está detenido.

“Fui ayer (por el martes) al juzgado a ratificar la denuncia. Pero fui por decisión mía, no porque me hayan citado. La causa todavía no se ha movido. Pregunté por qué no lo han detenido y me dijeron que tienen que pasarle el caso al fiscal, pedir un informe médico para conocer la gravedad de las lesiones y después llamarlo a declarar”, contó.

Federico cree que un insulto que le tiraron en la calle, días atrás, tiene que ver con su denuncia contra Roque Rosas. “Fue en la misma zona. Un auto oscuro pasó al lado y me gritaron ‘hijo de p…, dejá de hacer quilombo’”, recordó.

“Me voy a vivir a otra provincia, ya pedí el pase en la escuela de las nenas. Le firmé un poder a un abogado para que siga la causa”, contó Suárez.

Aunque ha caminado lento, la causa dio un paso importante el miércoles de la semana pasada. Al mediodía, policías de la Comisaría 34ª de Juana Koslay allanaron la casa de Rosas (en ese momento trascendió su apellido paterno, Olguín, pero al parecer lleva el materno). Allí, dentro de su camioneta Peugeot 504 blanca estaba la herramienta que usó como arma: la cuchilla afilada en ambas puntas de una cortadora de césped.

En el habitáculo el hombre de 28 años que hace trabajos de jardinería tenía además dos cuchillos y un hacha.

“La hoja que secuestró la Policía es la que usó para agredirme” el 14 de febrero, aseguró Suárez. “La sacó de atrás del asiento de la camioneta. Me tiró dos golpes. Al primero lo esquivé porque me hice a un costado, pero al segundo no pude, porque estaba junto a la caja de su camioneta”, relató.

Lo esperó

Aquella noche de verano Federico iba a su casa en el barrio Cerros Colorados, con su esposa, en el Ford Ka gris de su madre médica. Pero iba a hacer una escala para comprar una botella de aceite en el supermercado chino ubicado en la avenida Teniente Juan Domingo Perón (ex ruta 20), frente a la desembocadura de la calle Rosendo Hernández, que pasa frente al hospital “Doctor Juan Gregorio Vivas”, de Juana Koslay.

“Un hombre iba en una camioneta por el carril de al lado y en un momento se me empezó a cruzar, le toqué bocina y volvió a su carril”, recordó.

Bajó frente al supermercado y vio que la camioneta que casi lo había chocado se rozó con otro Ford Ka, conducido por una joven de pelo rubio (no una mujer de edad avanzada, como había informado la Policía).

El conductor de la Peugeot blanca insultó a la mujer. Y Suárez, que pasaba a pie, le recriminó. “No la insultés, si a mí casi me chocás, yo te toqué bocina, aprendé a manejar”, le dijo. Y entró al supermercado.

Compró y salió. En eso, el hombre de la camioneta, parado al lado del vehículo, frente al negocio, empezó a insultarlo. Suárez le respondió los improperios. Dijo que el otro hombre “estaba muy exaltado, muy nervioso". "Por la forma en que gritaba y me insultaba no parecía una persona normal”.

“Me gritaba ‘qué te pasa, te voy a cagar matando’ y me seguía insultando. Siempre estuvo al lado de la camioneta, por eso pienso que ya tenía pensado sacar ese machete”, afirmó.