Paredes volvió a casa: La Bombonera estalló en una presentación cargada de emoción

Pasaron más de once años desde que aquel juvenil con la 10 de Riquelme en la espalda deslumbró por primera vez a La Bombonera. Hoy, con 31 años y una Copa del Mundo en el currículum, Leandro Paredes volvió a pisar el césped del estadio que lo vio nacer, ya no como promesa, sino como una estrella consolidada que regresa para devolverle al club parte de todo lo que le dio.

La presentación fue minutos antes de las 19 en la sala de conferencias del estadio. Juan Román Riquelme, presidente del club, fue el encargado de oficializar su regreso. “Hoy es un día muy lindo para todos nosotros. Leandro vuelve a su casa. Se fue muy joven y vuelve siendo campeón del mundo. Para los bosteros, esto es una alegría inmensa”, dijo Román, con una sonrisa cómplice que se contagió a todos los presentes.

Paredes, visiblemente emocionado, se tomó unos segundos antes de hablar. “Me fui con 19 años y siempre supe que quería volver. Hoy estoy acá, con mi familia, con esta camiseta que amo, y con muchas ganas de ganar cosas importantes con Boca”, expresó.

Afuera, el clima era de fiesta. Aunque la presentación fue privada, cientos de hinchas se acercaron hasta las inmediaciones del estadio para darle la bienvenida. Cuando Paredes salió a saludar desde uno de los balcones internos de La Bombonera, la ovación fue ensordecedora. "¡Paredes es de Boca, de Boca no se va!", cantaron, mientras el volante saludaba con la camiseta número 5 en la mano.

Según confirmaron desde el club, Paredes firmó contrato hasta diciembre de 2027 y ya se entrena bajo las órdenes del cuerpo técnico. Su regreso no solo suma jerarquía futbolística al plantel, sino también identidad: es un hijo de la casa, formado en las inferiores y con un sentido de pertenencia que pocos pueden exhibir en el fútbol actual.

La vuelta de Paredes marca el primer gran movimiento del mercado de pases y genera ilusión en una hinchada que sueña con volver a levantar la Copa Libertadores. El regreso del hijo pródigo es, sin dudas, una señal. Boca va por todo.