La siembra de trigo avanza, pero mantiene la misma superficie
Serán más de 11 mil hectáreas para esta campaña. El 60% de lo que se proyecta tendrá la variedad candeal que se destina a la elaboración de fideos secos y el resto para la producción de pan.
Arrancó la siembra de trigo en San Luis y cubrirá más de 11 mil hectáreas, la misma superficie cultivada el año pasado, que está concentrada mayormente en Ayacucho y Pedernera, ambos departamentos destacan por contar con una mayor proporción de riego. El 60% de lo que se proyecta implantar será para la variedad candeal, destinado a la elaboración de fideos secos, y el resto a trigo pan. “Con respecto a 2023 la proyección de siembra se mantiene estable en las últimas temporadas. Este año seguramente estaremos por encima de las 10”, indicó el ingeniero agrónomo y asesor, Alejandro Cadile.
Arrancó la siembra de trigo en San Luis y cubrirá más de 11 mil hectáreas, la misma superficie cultivada el año pasado, que está concentrada mayormente en Ayacucho y Pedernera, ambos departamentos destacan por contar con una mayor proporción de riego. El 60% de lo que se proyecta implantar será para la variedad candeal, destinado a la elaboración de fideos secos, y el resto a trigo pan. “Con respecto a 2023 la proyección de siembra se mantiene estable en las últimas temporadas. Este año seguramente estaremos por encima de las 10”, indicó el ingeniero agrónomo y asesor, Alejandro Cadile.
En la zona se hace trigo desde hace muchísimos años, “antiguamente se producían pequeñas superficies, este crecimiento estuvo acompañado por el desarrollo de campos con riego por aspersión, por pivot central. Hubo un primer desarrollo en la década del 90 y luego la mayor cantidad de hectáreas se incorpora a partir de 2003, 2004 y 2005”, explicó el productor.
Según la Bolsa de Cereales de Córdoba el avance de siembra supera el 50%.
Cadile destacó que en cuanto a plagas y enfermedades, el trigo es un cultivo que no tiene mayores complicaciones. “En cuanto a plagas diría que prácticamente no tenemos incidencia de ninguna, y en referencia a las enfermedades, la verdad es que tenemos buenas condiciones ambientales en la zona, se destaca por tener una muy buena sanidad”, afirmó, aunque reconoció que “eventualmente, algunos años, cuando se presentan condiciones, puede haber algún problema con la roya. Sobre todo en algunas variedades de trigo pan, que por ahí son más susceptibles. Y en trigo candeal, suele ser por fusarium, que también se presenta esporádicamente, en algunos años con más incidencia que en otros. En general, en el trigo candeal, se hace alguna aplicación preventiva de fungicidas, para prevenir ataques de fusarium”.
El especialista dijo que los rendimientos históricos rondarán entre los 5 mil y los 5.500 kilos por hectárea, un promedio que se repitió en los últimos años, “aunque varían de un ciclo a otro, según las condiciones ambientales que tengamos en la primavera, a veces promedian los 4.500 kilos, y hay años en los que estamos en 6.500 de promedio. Ese sería el rango de variación de un año al otro. Un factor del que depende son las temperaturas que tengamos en el periodo crítico del cultivo y si hay alguna incidencia o no de heladas, que es poco frecuente, pero en algunos años puede haber algún daño de alguna helada tardía”, indicó.
Tras la aparición de fenómenos climáticos, las fechas de siembra no han variado de manera significativa, para implantar los productores cuentan con periodo amplio, “sí están condicionadas sobre todo por el cultivo antecesor, por la fecha de cosecha. Las siembras van desde el 15 al 20 de mayo, hasta el 10 de julio. El momento óptimo está entre el 20 de mayo y el 20 de junio, tanto para candeal como trigo pan, dependiendo del ciclo de cada variedad”, especificó Cadile.
La cosecha normalmente comienza los últimos días de noviembre, explicó el ingeniero agrónomo y añadió que se realiza después del 20 al 25 de noviembre, hasta el 10 de diciembre aproximadamente. Además Cadile contó que conseguir los equipos para desarrollarla no es un problema, “en general la disponibilidad es buena porque es una época en la cual hay maquinaria ociosa, al no ser un cultivo que se siembre masivamente en la provincia”, aseveró. Y con respecto al transporte de la materia prima especificó que ocurre lo mismo debido a que es una época en la cual hay mucha oferta.
El destino de la mercadería en lo que se refiere a trigo candeal “se hace todo bajo contrato con la industria, se entrega en las plantas que están en provincia de Buenos Aires. En lo que tiene que ver con el trigo pan, el destino son molinos ubicados en la zona de Córdoba capital, Río Cuarto, Adelia María, que no es muy lejos”, aseguró.
El ingeniero agrónomo agregó que la variedad candeal se carga y se entrega toda en el momento de cosecha, y normalmente no hay ningún problema de logística, “no es necesario conservar nada en el campo. Después se puede ir fijando precio antes de la entrega, o después. Entonces es independiente el momento de entrega del momento de venta. En el caso de la variedad pan, sí es más común que se guarde, que se embolse el trigo y después se vaya vendiendo en la medida que falta o haya oportunidades comerciales para el productor”.
Con respecto a los rindes, teniendo en cuenta el clima, “el año pasado fue bueno en general porque entre 5.800 y 6.500 kilos por hectárea. Puntualmente en algunos sectores sí hubo daño por granizo en el momento de la cosecha, pero bueno, fueron casos aislados”, explicó el productor.
Si hay un paso importante en la producción de trigo es la fertilización y a Cadile no se le escapa ningún detalle: “En general los trigos se manejan con un buen planteo nutricional. Durante la siembra se pone nitrógeno, fósforo, algo de azufre y zinc. En algunos casos se hace tratamiento de semilla con zinc. Pero específicamente para lo que es la fertilización nitrogenada en promedio se utilizan unas 110 unidades de nitrógeno por hectárea, con mucha variabilidad según el cultivo antecesor, y en general se hace análisis de suelo en todos los lotes para hacer los cálculos de requerimientos de nutrientes”, dijo, e hizo una aclaración interesante: “En trigo candeal en general se aplica un poco más de nitrógeno que en trigo pan, específicamente en aplicaciones tardías cercanas al espigazón para lograr calidad de grano. En trigo candeal se bonifica lo que es contenido de gluten y proteína entonces lo que se busca con esas aplicaciones tardías de nitrógeno que no están dirigidas al rendimiento, sino a la calidad del grano a tener mayores contenidos de gluten y proteína”.
En cuanto a la rotación de cultivos, si bien cada establecimiento, cada empresa tiene su rotación particular en función de las especialidades que haga, “en términos generales diría que un 65% de la superficie sembrada es de commodities como trigo, maíz y soja, especialmente trigo y maíz. Soja siempre se hace en una menor proporción. Después, dentro de las especialidades, lo que se siembra es papa, algodón, maní y legumbres principalmente; pero no en todos los campos se siembran todos estos cultivos, sino que hay campos que están más enfocados, por ejemplo, en la producción de papa, otros en la producción de algodón, y bueno la rotación de esos cultivos con trigo, maíz y soja, depende un poco de la particularidad de cada una de estas especialidades”, explicó Cadile.
En San Luis, el trigo se cultiva al norte, y la zona se destaca por contar con riego, “es importante destacar que todos estos trigos se hacen bajo riego, se riegan entre 450 y 500 milímetros, es lo que llevan. El principal costo de producción, es el riego que puede representar entre el 40 y el 50% del costo directo del cultivo”, concluyó.
En el Valle del Conlara
Marcelo Bongiovanni, productor de Tilisarao, asesor e investigador de la UNSL, brindó un panorama sobre lo que ocurre con el trigo en la zona del Valle del Conlara donde se produce el cereal, pero en menor cantidad.
“La campaña viene medio floja, básicamente por la falta de agua, como no es un cultivo de importancia respecto a los estivales, como maíz, soja, girasol y sorgo, con el paso de los años va quedando disminuido en cuanto a la superficie”, indicó Bongiovanni.
El ingeniero agrónomo explicó que la intención de siembra es muy baja. “Marzo fue el mes más seco desde la década del 40. No quedó sobrante de agua en el perfil, llovió muy poquito, así que no hubo recarga y por lo tanto no hay condiciones para la siembra y el cultivo”, aseguró.
Esta será una de las campañas donde menos trigo se hará. “En la zona tenemos heladas tardías, hasta fin de octubre, primeros días de noviembre, eso hace que tengas que sembrar el trigo más tarde y desocupar el lote en diciembre. Esto te condiciona la implantación de los cultivos de gruesa, tanto de maíz como de soja o algún otro cultivo”, indicó el productor y añadió que “el productor apunta más a maximizar los recursos y los rendimientos en los cultivos de gruesa, que son los que tenés más seguridad de rendimiento, como el caso del maíz y la soja”, terminó.
Lo importante: el riego
En San Luis, los departamentos Ayacucho y Pedernera son los que poseen una mayor proporción de riego. Los trigos en secano sufrieron estrés hídrico el año pasado por falta de precipitaciones y, además, fueron reportados daños por heladas en octubre, tanto en cultivos bajo riego como en secano, explicó la Bolsa de Cereales de Córdoba.
La histórica sequía que padeció la provincia durante 2022 también dejó su huella en los cultivos de invierno de la campaña pasada. La cosecha de trigo de ese año en San Luis llegó a su fin dejando un pobre promedio de 1.580 kilos por hectárea, el más bajo de las últimas siete campañas.
En lo que fue la campaña 23-24, se sembraron 11 mil hectáreas, lo mismo que se está implantando este año, cuyo avance es del 52%, es decir que ya están implantadas 5720. El 62% del total correspondería a la especie de trigo candeal y un 38% a la de trigo pan.
Promedios históricos
Algunos datos comparativos en San Luis, de los últimos diez años. En 2023: se sembraron 11.300 hectáreas, y obtuvieron 2.350 kilos de trigo por cada una. En 2022 fueron 12 mil hectáreas sembradas, de las que se perdieron 1.120 y quedó un promedio 1.580 kilos por hectárea (p/h). 2021 tuvo 12 mil sembradas, 500 perdidas, y un promedio 1.900 kilos p/h. 2020 tuvo 12 mil sembradas, 800 perdidas; y promedió los 2.200 kilos p/h; 2019 registró 12 mil sembradas, 1.650 perdidas, y un promedio 2.140 kilos p/h; 2018 tuvo 10 mil sembradas, 400 perdidas y un promedio 2.380 kilos p/h; en 2017 hubo 8 mil sembradas, 500 perdidas y un promedio 2.300 kilos p/h; 2016: 7.000 sembradas, 500 perdidas; promedio 2.350 kilos p/h; en 2015 sembraron 5 mil hectáreas hubo 200 perdidas, y un promedio 2.250 kilos p/h; por último en 2014 fueron 5 mil sembradas, 700 perdidas, y promediaron 1.180 kilos p/h.
Movimiento de precios
En el ámbito internacional y local, la tendencia alcista reciente en los precios de los granos y la disminución en los costos de producción permitió mejorar la rentabilidad proyectada de los productores, creando un entorno económico más favorable respecto a lo observado veinte días atrás, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
El trigo tiene condiciones para incrementar fuertemente sus exportaciones para la campaña 2024-2025, que será la primera después de atravesar las consecuencias de la sequía del año pasado.
“Una mejora en la rentabilidad del sector derivado, la eliminación de derechos de exportación, el impuesto PAIS y una eventual unificación cambiaria, podrían generar un aumento de más de 770 mil hectáreas en el área sembrada con trigo", indicó el documento de la entidad bursatil.
Este fuerte estímulo del mercado de granos no parece que impactara notoriamente en San Luis, ya que la superficie proyectada para la campaña que acaba de empezar es de 11 mil hectáreas, la misma cantidad sembrada el año pasado.
Arrancó la siembra de trigo en San Luis y cubrirá más de 11 mil hectáreas, la misma superficie cultivada el año pasado, que está concentrada mayormente en Ayacucho y Pedernera, ambos departamentos destacan por contar con una mayor proporción de riego. El 60% de lo que se proyecta implantar será para la variedad candeal, destinado a la elaboración de fideos secos, y el resto a trigo pan. “Con respecto a 2023 la proyección de siembra se mantiene estable en las últimas temporadas. Este año seguramente estaremos por encima de las 10”, indicó el ingeniero agrónomo y asesor, Alejandro Cadile.
Más Noticias