Por redacción
| 26 de junio de 2024
El cambio climático y los patrones climáticos de El Niño (vientos cálidos sobre el Pacífico central, con impacto en los ciclos de lluvias en varias regiones) han aumentado las sequías, las inundaciones y los ciclones.
Por esta causa, las inusuales lluvias del año pasado causaron ocho millones de desplazamientos de personas solo en los 10 países más afectados y muchas familias debieron mudarse varias veces.
Así lo muestra un estudio divulgado por el Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam, por sus siglas en inglés), que afirma que todos esos desastres “tienen efectos en cadena en las vidas y los medios de subsistencia de las personas, y, agravados por los conflictos, las crisis económicas y las profundas desigualdades, han alimentado el hambre”.
Brasil en América Latina, Somalia, China, Filipinas, Pakistán, Kenia, Etiopía, India, Bangladesh y Malasia en África y Asia encabezaron la lista de países que sufrieron el mayor desplazamiento de personas a causa de inundaciones y sequías.
En esos países, el número de veces que las personas fueron desplazadas de sus hogares pasó de 3,5 millones en 2013 a 7,9 millones en 2023, un incremento de más del 120% en una década.
Una consecuencia es que en cinco de esos países los niveles de hambre casi se han triplicado en el mismo período.
En Bangladesh, Etiopía, Kenia, Pakistán y Somalia —están entre los menos preparados para hacer frente al impacto del cambio climático— el número de personas que sufren hambre aguda aumentó de 14 millones en 2013 a más de 55 millones en 2023.
El cambio climático también aumentó la intensidad y frecuencia de las inundaciones y las sequías, y en los 10 países señalados, los desastres de ese tipo evolucionaron de solo 24 en 2013 a 656 el año pasado.
Somalia sufrió 223 inundaciones o sequías diferentes en 2023, frente a solo dos en 2013; Filipinas fue golpeada 74 veces (apenas tres en 2013); Brasil, 79 veces en comparación con cuatro, y Malasia, 127 veces en comparación con solo una vez en 2013.
En Somalia, el aumento continuo de la temperatura (1,5 grado centígrado en promedio, frente a 1 °C en 1991) ha provocado sequías más frecuentes y prolongadas, a menudo seguidas de inundaciones repentinas y ciclones.
A pesar de representar menos del 0,03% de las emisiones mundiales de carbono (gas de efecto invernadero que calienta la atmósfera), el país ha sufrido pérdidas por miles de millones debido a inundaciones y sequías recurrentes. Solo la recuperación de las últimas inundaciones de diciembre fue estimada en 230 millones de dólares.
Esos desastres agravaron el impacto del conflicto actual —remanente de una prolongada guerra civil—, la inestabilidad política y las crisis económicas, dejando a casi la mitad de la población de Somalia (un país de 18 millones de habitantes) con una necesidad urgente de asistencia humanitaria.
En Bangladesh, ciclones impredecibles y otros desastres relacionados con el agua obligaron a más de 1,8 millón de personas a abandonar sus hogares en 2023.
“Desde las decenas de personas que mueren a causa del calor abrasador en Bangladesh hasta los miles de personas obligadas a huir de las inundaciones en Pakistán, son las personas más vulnerables —y las menos responsables de la crisis climática— las que llevan la peor parte”, apuntó Oxfam.
Es posible poner fin al sufrimiento de las personas. Las naciones ricas y contaminantes deben reducir las emisiones y proporcionar financiación climática adecuada a los países más afectados por la crisis para que puedan afrontar mejor la situación y reconstruirse.
Los desplazados por el clima forman parte de la nueva realidad.


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