Una jubilada salió a comprar, le rompieron la ventana y le robaron $200.000

Ya no podemos estar tranquilas, pensamos que van a volver”, aseguró Virginia Alcaraz, vecina de la manzana F del barrio Lucas Rodríguez que fue nuevamente víctima de la inseguridad el sábado pasado el mediodía, cuando un ladrón esperó que saliera junto a su hermana a hacer compras, rompió una ventana, se coló en la vivienda y escapó, llevándose alrededor de $200.000.

Alcaraz, de 72 años, vive en el barrio hace años junto a su hermana, pero la seguidilla de robos de las últimas semanas la tiene preocupada como nunca. Ayer, la mujer se hizo de los servicios de un contratista para reforzar la seguridad de puertas, celosías y ventanas. “Ahora que han entrado, tenemos miedo de que en cualquier momento aparezca un ladrón dentro de la casa. Por las noches se siente que andan por encima de los techos”, mencionó.

Si bien la mujer admitió que la Policía, cuando llamó para denunciar el hecho, la atendió amablemente, otros vecinos manifiestan que la presencia de efectivos es escasa. En lo que sí coincide la damnificada con quienes viven en las inmediaciones es en la sospecha de que los autores de los robos son del mismo barrio, que conocen los movimientos de las viviendas y que aprovechan cuando los moradores no están o descansan para entrar y robar.

“El sábado salimos a las 11:30 a comprar los víveres para el día. Cuando regresamos, en menos de una hora, nos encontramos con la situación de que la ventana de adelante estaba abierta, el vidrio, roto, y cuando entramos, vimos algunos cajones revueltos y que faltaba plata”, detalló.

Si bien los vecinos del barrio se manifestaron para pedir más seguridad (Ver Página 4), Alcaraz apunta a que la Justicia debe ser más estricta en este tipo de casos. “Yo no sé de leyes ni cómo es la cuestión de la Justicia, pero lo que no puede ser es que cuando los agarren, salgan a los tres días. Ya es constante, los vecinos sabemos quiénes son y dónde viven”.

Otro hecho que preocupa a la víctima es el “campito” que se ubica al frente de su vivienda. “Ahí se esconden y vigilan todo, esconden lo que roban. Los pastos altos y la oscuridad les ayudan a los delincuentes”, se quejó.

Ahora, solo si Virginia y su hermana no vuelven a sufrir otro robo, podrán recuperar la tranquilidad y la seguridad de estar en su casa. Por lo pronto, el pedido de los vecinos se hizo sentir y las denuncias de robos y hurtos se siguen acumulando en la Comisaría 3ª, cuyos efectivos dicen no dar abasto para patrullar y controlar la zona.

Redacción/MGE