Tratan de frenar el negocio de la compra de celulares robados

Este martes varias casas de servicio técnico de telefonía celular de Villa Mercedes tuvieron una jornada que ni se imaginaron. Desde las primeras horas de la mañana hasta la siesta, unos 22 locales estuvieron bajo las requisas de los policías del Departamento de Investigaciones (DDI), quienes buscaban decenas de celulares que fueron sustraídos en distintos robos, sucedidos a lo largo de este año.

Según explicó la fiscal instructora Daniela Torres, a cargo de las averiguaciones, no solo buscaban los aparatos para entregárselos a sus víctimas, sino también enviarles un mensaje a las personas que trabajan en esos negocios de servicio técnico: que recibir un teléfono o cualquier otro elemento de dudosa procedencia también es un delito, tanto como robarlos.

Al cierre de esta edición, la fiscal no tenía todavía el número exacto de los elementos que la Policía secuestró en los procedimientos. No obstante, sí confirmó que incautaron teléfonos, que en breve serán peritados, y que no hubo personas demoradas.

Torres aclaró que, por el momento, no habrá detenciones, por un lado, porque de las averiguaciones no surgieron nombres de sospechosos en concreto y, por otro, porque la investigación apuntó más que nada al personal de los locales de servicio técnico, que no paran de recibir celulares que claramente son productos de ilícitos.

"Por lo general, en estas casas llegan otras personas, que son las que llevan los aparatos, y la gente de los locales técnicos se presta para hacer circular nuevamente esos celulares", explicó la representante del Ministerio Fiscal.

La letrada remarcó que hay un ilícito en esa acción, pero no dio la orden de aprehender a nadie porque hasta ahora no logró establecer con exactitud quiénes son los que incurrieron en ese delito, en los diferentes casos. "No tengo demostrado de manera fehaciente si fue el dueño o los dueños de los locales o sus empleados los que recibieron el teléfono. Por eso lo que nos interesaba era recuperar los celulares y devolverlos", comentó.

Torres no pudo enumerar la cantidad de robos y hurtos que motorizaron los procedimientos de ayer, pero sí dijo que fueron decenas y que ocurrieron entre enero y lo que va de marzo. Muchos de ellos se trataron de arrebatos en las calles y otros, de robos cometidos en domicilios particulares.

Uno de esos últimos hechos lo sufrió Joaquín, el dueño de un comercio que también repara celulares.  El sábado, el hombre fue alertado por un vecino de que afuera de su casa había un auto sospechoso. Cuando regresó a su vivienda del barrio Las Miranda, ubicada en Urquiza y San Lorenzo, descubrió que se la habían saqueado.

Los delincuentes que entraron le habían revuelto los dormitorios del primer piso. Habían vaciado unas valijas para rellenarlas con el botín. Se llevaron un televisor nuevo, dos computadoras Lenovo, alhajas de plata de su pareja, varios celulares de sus clientes que debía arreglar, piezas de teléfonos y hasta las bebidas alcohólicas que tenía en un mueble.

 Los allanamientos comenzaron a las 7:30 y se extendieron hasta las 15:30. Abarcaron negocios del barrio La Ribera, Ate, seis locales del centro de la ciudad y también sobre avenida Presidente Perón. "No solo buscamos teléfonos, sino también tablets y los dispositivos o software con los que blanquean los celulares", explicó la fiscal.

La letrada también aclaró que, en algunos casos, requisaron domicilios particulares en los que presumen que hacían esa tarea de "resetear" los aparatos robados, para que puedan ser útiles de nuevo y colocarlos en circulación. "Una vez que los blanquean, los venden, como de segunda mano", detalló.

 Redacción