La demanda de energía y las emisiones de gases que calientan el planeta generadas por el sector de la construcción permanecen muy elevadas, así como su impacto en el calentamiento del planeta.
Al no existir un pacto global entre progreso y medio ambiente, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) advirtió que “no existe un camino creíble para hacer frente al cambio climático sin una transformación radical en el sector de la edificación y la construcción”, pues, por añadidura, “la mitad de los edificios que existirán en 2050 aún no fueron construidos”.
Este escenario constituye una gran oportunidad para que el sector reimagine las construcciones del futuro: con edificios que den prioridad a la resiliencia, la renovación y la reutilización, la generación de energías renovables y la construcción con bajas emisiones de carbono, sin dejar de lado las desigualdades sociales.
El informe indica que en 2022, el sector representó el 37% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2, principal gas de efecto invernadero que recalienta la atmósfera) relacionadas con la energía operativa y los procesos, ascendiendo a algo menos de 10 gigatoneladas de CO2.
Cada uno por ciento que aumenten las emisiones del sector equivale a agregar al parque automotor mundial 10 millones de autos.
Solo en 2022, señala el informe, fueron añadidos 2.400 millones de metros cuadrados de superficie construida (equivalente a todo el parque de edificios de España) en países sin códigos energéticos de la construcción.
El 80% del crecimiento de la superficie construida previsto para 2030 tendrá lugar en países de ingreso bajo que carecen de normas de construcción estrictas.
El consumo de energía del sector construcción copó más de un tercio de la demanda mundial: 132 exajulios. El exajulio equivale a un trillón (un uno seguido de 18 ceros) de julios, la unidad de medida del trabajo necesario para producir un vatio de potencia durante un segundo.
El informe dice que la intensidad energética en el sector construcción tendría que reducirse en un 37% de aquí a 2030, con respecto a los niveles de 2015, para avanzar en las metas de reducción de emisiones.
También en ese año la cuota de energías renovables en el consumo final de energía de los edificios fue de solo seis por ciento, muy por detrás del progreso necesario para alcanzar el objetivo de 18% en 2030.
Para el organismo de la ONU, “ahora es el momento de que los gobiernos y las industrias cumplan las promesas de la COP28 y consigan reducciones reales de las emisiones mediante un verdadero avance en el sector de la construcción”.
El Pnuma propuso a los países adoptar “hojas de ruta de acción climática” en el sector construcción, para acelerar la descarbonización con la incorporación de estrategias de eficiencia material, diseño y tecnologías de bajas emisiones, electrificación y energías renovables.
La plataforma GlobalABC para la descarbonización del sector, impulsada por el Pnuma desde 2015 y que cuenta con 291 miembros, entre ellos 42 estados, ha facilitado hojas de ruta y 34 países ya adoptaron estrategias para descarbonizar el sector.
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