Claudio, el gitanito que quiere imitar a su "maestro"

Posa para las fotos igual que su “maestro”. Gesticula igual que su mentor. Viste con el mismo estilo que su padrino político. Incluso hace pausas al hablar tal cual lo hace Adolfo cuando, al hablar con la prensa, busca en su mente las mejores frases antes de decirlas ante los micrófonos. Claudio Poggi se esfuerza al máximo por mimetizarse con el otrora gobernador de San Luis a tal punto que le copia sus viejísimas políticas.

Hace pocos días, bajo un sol intenso, Poggi se paseó para sus fotógrafos y camarógrafos en el Parque Automotor Provincial, donde duermen su sueño final cientos de autos propiedad del Estado, que, por viejos o por destruidos, fueron a parar a ese cementerio de 4 ruedas. El objetivo fue mostrarse otra vez "pulcro" y "austero" con los recursos gubernamentales, y, por eso, dio a conocer un relevamiento sobre los vehículos oficiales allí apostados. Lo cierto es que las malas lenguas de Terrazas del Portezuelo adelantaron que las intenciones poggistas son rematar lo que queda allí. Al menos lo que sirva (dijo que sería probablemente en junio). En un gesto similar al de Adolfo cuando era joven y vendió todo el parque automotor oficial. Eran sus años mozos y su alumno quiere imitarlo. Vender lo que queda y hacer borrón y cuenta nueva. Sobre todo, con unos rodados que lo salpican desde su anterior gestión.

Lo cierto es que ahora, Poggi quiere agarrar el martillo y rematar. Hacerle un guiño a la comunidad gitana para atraer sus votos y, de paso, bailar al ritmo de los Gipsy Kings. Claudio está hecho un gitano. Más que Sandro. Solo le faltará ir a bailar con la Sandra a la pista La Quebrada al son de Los Playeros, cuando llegue la Fiesta del Cristo.

Pero en su pantomima gitana, su mimetización “adolfista”, a Poggi le salió el tiro por la culata. La suerte le jugó una mala pasada.

Durante la caminata se paró delante de un vehículo oficial que fue usado de manera irregular por sus altos mandos policiales en un viaje oficial a Buenos Aires. Fue en 2016 y antes de llegar a destino, a pocos kilómetros de Rufino (Santa Fe), chocaron casi de frente con un camión.

En el Toyota Corolla gris iba el actual jefe de Policía de San Luis, Pablo Vieytes, alias “Pablito”, quien en ese momento era secretario general de la Jefatura.

Lo irregular de ese viaje fue que Vieytes y su compadre de armas llevaron sin autorización a sus esposas (querían quedar bien con ellas).

Pero el impacto fue tan fuerte que, como consecuencia, “Pablito”, ahora jefe de Policía, estuvo varios días internado en terapia intensiva. Afortunadamente, zafó y se recuperó.

Igualmente, la novela no termina ahí. Lo curioso fue que, aunque las señoras esposas iban coladas en el viaje, tras la recuperación física de Vieytes terminó haciéndole un juicio al Estado provincial.

Durante la “gitanesca” recorrida de Poggi, ninguno de sus laderos se animó a advertirle que se había parado frente al “Corolla del quilombo del Pablito” y no sabían cómo decirle que saliera de allí. Eso le pasa por andar jugando a ser el “Adolfo” y preparar remates para fingir ser austero.