El rosario de despidos de trabajadores que se desempeñaban en diferentes organismos del Estado provincial en Villa Mercedes generó muestras de preocupación, de repudio y críticas.
Virginia Parladorio, cesanteada del complejo Molino Fénix, interpretó como un acto de persecución política la decisión adoptada por la administración que encabeza Claudio Poggi.
La mecha del estado deliberativo en las filas del PJ la encendió el dirigente y exconcejal Diego González. Además de expresar su condena por este tipo de actitudes y su solidaridad con los afectados, cargó contra el intendente Maximiliano Frontera, quien mientras se muestra en sintonía con el poggismo, ha guardado silencio ante la ola de despidos. "Frontera se cambió de ropa, ya no se ocupa de los más vulnerables". Luego añadió: "Cuando hay crisis hay varias opciones antes de echar gente. El jefe comunal parece que tiene DirecTV y no ve lo que pasa acá".
Las expresiones de González tuvieron un fuerte impacto, al punto que el intendente, a través de uno de sus voceros, lo fustigó, pero no informó si se estaba ocupando o no de los despedidos.
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