La crisis económica que atraviesa la Argentina requiere medidas concretas y urgentes. Es imprescindible atender necesidades básicas insatisfechas y además progresar en disposiciones que faciliten el crecimiento de diversas actividades. Es oportuno otorgar prioridad a demandas que, más allá de lo financiero, privilegien el desarrollo de la producción en sus diversas facetas. Son medidas sencillas y de aplicación inmediata. Muchas veces no se tiene en cuenta este aspecto. Se suelen generar procedimientos incomprensibles, de muy difícil aplicación y de trabajosa comunicación, cuyo efecto se difiere y se pierde en el tiempo. No es el caso: con pocos pasos y dentro de lo habitual se obtienen, en tiempo y forma, los resultados previstos. Semejante dosis de sentido común otorga eficacia a la intención de llegar rápidamente a los beneficiarios inmediatos. Entonces, vale la pena una apretada síntesis:
Se otorgó una suma fija de $60.000 en dos cuotas. Alcanza a trabajadores en relación de dependencia privados y estatales, con salarios netos de hasta $400.000. Además, se facilitó el acceso a créditos de hasta $400.000 con una tasa especial del 50%.
Devolución del IVA: para trabajadores, jubilados y pensionados, beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y del monotributo que abonen sus compras con tarjeta de débito. Alcanza productos de la Canasta Básica Alimentaria con un tope de $18.800.
Eliminación del Impuesto a las Ganancias: solo estarán alcanzados por el gravamen aquellos que superen en ingresos mensuales el monto de quince sueldos básicos. No incluye cargos directivos del Estado y jubilaciones de privilegio.
Bono de $37 mil pesos: para jubilados que perciban hasta $124.000 en los meses de septiembre, octubre y noviembre. A su vez se incrementó el refuerzo alimentario PAMI en $45.000 en tres cuotas.
Precios Justos: para un universo de 50.000 productos, que incluye la suspensión de los aumentos de la medicina prepaga, combustibles y medicamentos hasta el 1° de noviembre.
Extensión del pago para monotributistas: para las categorías A, B, C y D por seis meses. También accederán a créditos de hasta $400.000 a tasa subsidiada y puesta en marcha del monotributo productivo para trabajadores independientes.
Aumento del 30% en la Tarjeta Alimentar: junto a un refuerzo de $20.000 para el Potenciar Trabajo y $25.000 para el personal de casas particulares.
Reducción de cargas sociales: devolución del 100% para contribuciones de micropymes y del 50% para pymes que permitan el primer empleo joven.
Eliminación de las retenciones: para las exportaciones de economías regionales y al sector lácteo.
Aumento de la inversión educativa: al 8% del Producto Bruto Interno mediante la Ley de Financiamiento Educativo. Construcción de escuelas técnicas con la inclusión de programación y robótica, y la universalización de las salas de 3, 4 y 5 años.
Además, se promovieron medidas de alivio fiscal para autónomos y pymes: plan de facilidades de pagos de obligaciones impositivas, aduaneras y de los recursos de la seguridad social; suspensión del inicio de los juicios de ejecución fiscal y traba de medidas cautelares; prórroga de vencimientos de jubilación autónomos e IVA; modificación de retenciones del Impuesto a las Ganancias para profesionales y oficios; suspensión de exclusiones del monotributo y bajas automáticas.
Estas acciones son paliativos para superar un momento complejo. Es racional y justo que se piensen medidas que conlleven otra planificación y otro ajuste a largo plazo. Hay que implementar estrategias que permitan alcanzar objetivos tantas veces postergados. Hay que implementar esa estrategia, con propuestas prudentes que incluyan a todos los hombres y mujeres que sueñan a diario con una Argentina mucho mejor. Se debe hacer realidad, de una vez por todas, el crecimiento social por el que tanto se viene luchando.
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