Los Jacarandaes, un barrio que late con los proyectos de sus vecinos
A mediados de julio el Gobernador y el presidente entregaron 187 viviendas en el sur de la ciudad de San Luis. Algunos residentes ya iniciaron los cierres de los terrenos o las ampliaciones.
Niños jugando en la calle, plantas y flores en las ventanas, y mascotas descansando al rayo del sol. El barrio Los Jacarandaes ya no es una obra en construcción o un conjunto de viviendas. Es el hogar de decenas de familias que cumplieron el sueño de tener su propio techo. Con orgullo, los vecinos lucen un cartel hecho en madera que indica el apellido de la familia que crece en ese hogar.
A mediados de julio, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y el gobernador Alberto Rodríguez Saá entregaron 187 viviendas en el sur de la ciudad de San Luis con cocina-comedor y dos habitaciones. A menos de un mes de este hecho tan trascendente, prácticamente todas las casas están habitadas.
Una de las vecinas del barrio, Gisela Álamo, ayer controlaba que el fuego para el asado no se apagara. Era la primera vez que hacían uno en su hogar e iban a recibir la visita de algunos familiares que todavía no conocían la casa.
"En febrero me llamaron para avisarnos sobre la adjudicación. Vivimos nueve años en la casa de mi suegro con nuestros cinco hijos. Es una alegría enorme tener algo nuestro, aparte los niños pueden jugar en el patio y ahora tienen su casita", contó Álamo.
La familia ya tiene planeado ampliar su hogar dado que tienen dos nenas y tres varones, por lo que necesitan una habitación más para estar cómodos.
"Estamos felices. Todavía uno no lo puede creer, te despertás y pensás qué lindo o qué emoción se siente tener tu techo o hacer un trámite de tu casa, es hermoso", expresó.
Esteban Vergara ya inició la ampliación de su hogar. Su familia está compuesta por cinco integrantes y recibió la casa adaptada debido a que una de sus hijas tiene discapacidad. Los espacios son más amplios para mayor comodidad. Una semana después de la entrega de la vivienda, Esteban comenzó a construir una habitación más para que su hija tenga su espacio para las terapias y tratamientos.
"Antes vivíamos en un monoblock de tres habitaciones y nos quedaba chico, ahora con la casa de dos habitaciones aún más. La pieza para la nena es urgente para que ella tenga su comodidad y para que su kinesióloga y fonoaudióloga puedan trabajar con ella tranquilamente", explicó.
Esteban tiene experiencia en construcción así que ya comenzó a invertir en su propio hogar para que sea confortable para toda la familia. "El día que me llamaron fue una alegría inmensa porque pasábamos a tener algo nuestro, al tener una casa con tu terreno vos podés meterle plata para que quede para el día de mañana. En cambio cuando alquilás ponés plata en algo que nunca va a ser tuyo y si no estás, tus hijos quedan en la calle. La casa es un espectáculo", expresó.
Juan Carlos Albornoz también tiene un hijo con discapacidad y recibió la casa adaptada a sus necesidades. Antes de la entrega de la vivienda, la familia compuesta por cinco integrantes vivía en una casa prestada.
"Siempre esperamos tener la casa. Estábamos anotados desde 2017 hasta que llegó y fue una noticia que no nos entraba en el cuerpo. Esta casa al ser equipada para el nene con discapacidad es un poco más amplia que las otras, las puertas y los espacios adentro también, al igual que el baño que ya está adaptado para él", detalló.
Juan Carlos abrió un almacén y calculó que ya hay tres en el barrio. Al ser una zona en pleno crecimiento, no hay comercios cercanos y las despensas barriales se convierten en la solución para todos.
"A la semana de mudarnos empezamos a pensar en el emprendimiento. Tuve la ayuda de mi familia porque mi tío tiene un negocio en la zona norte, entonces nos ayudó y nos motivó. Nos animamos y hasta el momento la gente nos está conociendo y hay movimiento", indicó.
Los vecinos no se conforman y al recorrer el barrio se pueden ver los patios con materiales de construcción para iniciar las ampliaciones o los cierres de los terrenos. A su vez, dijeron que los servicios funcionan bien, los camiones recolectores pasan unas tres veces por semana y tienen la posibilidad de trasladarse en la nueva línea U de Transpuntano. La Policía recorre la zona y antes de ingresar al barrio hay un Nodo de Articulación Policial y personal de Seguridad Comunitaria. El barrio tiene acceso directo al centro a través de la extensión de la avenida Lafinur.
Javier Cabrera, otro vecino del lugar, contó que a la noche están todas las calles iluminadas y durante el día los niños juegan en el barrio.
La paz, la tranquilidad y la felicidad se nota al recorrer Los Jacarandaes. Los adultos y los más chiquitos disfrutan de lo que tanto anhelaron: crecer, desarrollarse e invertir en su propio hogar.
Redacción / NTV


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