La causa por la muerte de Alan Valenzuela fue elevada a juicio
Este jueves el juez de Garantía, Ariel Parrillis, decidió rechazar el pedido de sobreseimiento del acusado, Segundo Gatica, y decidió que se realice el debate.
El juez de Garantía, Ariel Parrillis, decidió rechazar el pedido de sobreseimiento de Segundo Gatica, el carnicero imputado por el homicidio de Alan Valenzuela, quien tenía 15 años y murió baleado por la espalda.
En su decisión, Parrillis entendió que hay elementos para vincular la autoría de Gatica y destacó el informe sobre el dermotest en la mano del acusado y, además, porque las antenas de telefonía celular lo ubicaban en el horario y el lugar del hecho.
Por esas razones, el juez admitió los hechos y pidió que esas pruebas se discutan en juicio donde se lo enjuiciará por el delito de “Homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.
Según los registros de las cámaras de seguridad, alrededor de las 6:50, Valenzuela y su amigo, Mauro Olguín, ambos pasaron caminando de este a oeste por la avenida Intendente Aguirre Celi, y cuando llegaron a la altura de la casa, 1931, donde está ubicada la carnicería “El Aventurero”, propiedad de Gatica, se detuvieron.
Allí, los jóvenes comenzaron a golpear un portón de madera, lindero al comercio que pertenece a un departamento donde residía Gatica. Los muchachos pretendían entrar, pero como no lo lograron subieron hasta el techo escalando las rejas de un domicilio vecino.
Luego bajaron y continuaron golpeando el portón con piñas y patadas, pero no pudieron abrirlo porque estaba trabado desde el lado de adentro. Para la fiscal, María del Valle Durán, Gatica escuchó los golpes en el portón y los pasos en el techo, tomó un revólver calibre 22 y salió a la vereda.
Siempre por el resultado de la investigación, al ver a Gatica armado, Olguín levantó las manos y salió corriendo hacia el este, es decir con dirección hacia la avenida Lafinur; mientras que Valenzuela lo hizo hacia el oeste. Fue en ese momento en que el acusado efectuó un disparo que impactó en la espalda del chico y que, producto de la detonación, cayó una vaina servida en la vereda, que fue secuestrada por los investigadores.
La víctima caminó unos metros y cruzó la calle en diagonal hasta llegar a un local en el que pidió auxilio. Empleados llamaron a la Policía y a la ambulancia, pero cuando los médicos llegaron, a las 7:07, ya era tarde: el adolescente había muerto.
Redacción/MGE
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