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Acordaron un juicio abreviado por la muerte de Diego Ascurra

Su padre dice que cree en la Justicia, pero adelantó que rechazará la propuesta si no le da paz a la familia y su hijo.

Por redacción
| 23 de abril de 2023
Diego. Tras su muerte, sus compañeros policías lo apodaron "El Ángel Azul". Foto: Archivo

La vida de Diego Ezequiel Ascurra pudo haber tomado cualquier rumbo. Se había recibido de policía y a estas alturas podría hasta incluso haber ascendido en la Fuerza o podría haber vuelto a su otro amor, la cocina, porque también era chef y vivió algún tiempo de esa profesión. Quizás hasta ya hubiese formado una familia con Margot Pardo, quien era su pareja. Pero nada de eso fue posible: la madrugada del domingo 3 de noviembre de 2019, un automovilista lo chocó desde atrás mientras volvía en bicicleta a su casa y lo mató. El conductor tenía el doble de alcohol en sangre que el permitido para manejar, un problema de movilidad que presuntamente lo obligaba a usar muletas y circulaba a más de 70 kilómetros por hora cuando atropelló a la víctima, en la Vía del Peregrino. Esta semana, un fiscal de juicio y la defensa de Sergio Daniel Candia presentarán una propuesta de juicio abreviado.

 

Diego tenía 30 años y había egresado del Instituto Superior de Seguridad Pública en agosto del año en que murió. Su papá Jaime comentó que su hijo siempre había querido ser policía y que solo esperaba un destino para comenzar a desempeñarse como agente.

 

La noche de la tragedia, la familia de Margot, que vive a la vuelta de la casa de Jaime en el barrio Telepostal, había llamado a Diego para que fuera a compartir un rato con ellos. Tomó una sopa y después se fue a la casa en la que vivía, que es de una tía y está en la zona donde fue el hecho.

 

Circulaba al norte por la Vía del Peregrino, entre el puente Favaloro y la primera rotonda, en una bicicleta negra marca Oxford, pegado al cordón que limita con el canal que hay al lado del camino, indicaron testigos. Atrás, en el mismo sentido, Candia conducía un Volkswagen Gol rojo con 1,08 gramo de alcohol por litro de sangre, a una velocidad aproximada de 73 kilómetros por hora, según establecieron las pericias.

 

Tras chocarlo desde atrás, cerca de las 00:10, el cuerpo del ciclista impactó en el parabrisas del vehículo y después cayó al canal. La bicicleta quedó enganchada en la parte delantera inferior derecha del auto y fue arrastrada unos 30 metros.

 

 

No lo ayudó

 

Al momento de elevar la causa a juicio, la entonces agente fiscal 1 María Eugenia Zabala Chacur, quien hoy es jueza, tuvo en cuenta las pericias accidentológicas, el resultado del alcotest y el testimonio de una pareja que circulaba en auto detrás de Candia y presenció el accidente.

 

Esas personas dijeron que el automovilista los pasó por la izquierda a gran velocidad y que, tras atropellar a Diego, “quien venía bien por el costado derecho”, ni siquiera se bajó del vehículo para asistirlo. “Si no fuera porque tenía la bicicleta debajo del auto, este chico se fugaba, porque nunca tuvo la intención de ayudar ni de bajarse del auto. Recién se bajó del auto cuando vino la Policía y se amontonó gente”, declaró la mujer. En consonancia, su pareja atestiguó que Candia no tenía noción de dónde estaba, que se le sentía el olor a alcohol y que incluso se tornó agresivo cuando su padre y otros familiares llegaron a la escena.

 

También notaron que el joven tenía una especie de renguera, pero que recién cuando llegó su padre sacaron unas muletas de adentro del Gol y adujeron que tenía un problema de movilidad por un accidente laboral previo.

 

La perito que analizó la escena concluyó que “no existe evidencia física que indique alguna maniobra evasiva previa por parte del automóvil tendiente a evitar la colisión”; para Zabala Chacur, el hecho fue resultado de una “conducta imprudente, negligente, inexperta o aun antirreglamentaria del imputado”, a quien procesaron casi dos años después, el 19 de octubre de 2021, por el delito de “Homicidio culposo por la conducción de automotor agravado por el nivel de alcohol en sangre por encima del valor permitido”. Lo inhabilitaron para conducir, pero nunca estuvo preso.

 

 

“Me arruinó la vida”

 

Mañana al mediodía, Jaime Ascurra va a reunirse con la fiscal Palacios en su despacho para ponerse al tanto de la propuesta que van a presentar el viernes, a las 9 de la mañana, ante un tribunal presidido por el juez José Luis Flores. Sin ahondar en detalles, la funcionaria judicial adelantó que busca que haya una condena en suspenso y no una suspensión de juicio a prueba, como ocurre en la mayoría de los casos similares a los de Diego.

 

“Sé que la cosa no es tan fácil cuando se trata de accidentes culposos, cuando la persona está alcoholizada, drogada. Sé que las cosas terminan así, casi en la nada, pero yo no tengo más a mi hijo”, sostuvo ayer Ascurra en diálogo con El Diario. “Desde el principio me advirtieron lo que podía pasar, pero por eso no puedo quedarme de brazos cruzados. Yo espero un cambio en la Justicia y las leyes: que esta persona vaya presa, algo, porque a mí me arruinó la vida”, agregó.

 

“Su familia, sus primos, sus ahijados, amigos y la gente que siempre nos ha acompañado creemos en la Justicia. Permanentemente estamos esperando justicia y creyendo que la Justicia va a hacer lo que corresponde: tratar de que esto no vuelva a suceder. Ni a otro papá, ni a otra mamá, ni a otra familia”, dijo, y advirtió que si el acuerdo no cumple con esa expectativa, va a oponerse a su homologación.

 

Redacción/MGE

 

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