Testigos complicaron a los 4 acusados por el crimen de Leyes

El tribunal que juzga a los cuatro imputados por el homicidio de Claudio Leyes escuchó este miércoles el testimonio de varios policías y peritos que intervinieron en la investigación del caso. En una medida u otra, las declaraciones complicaron a los sospechosos, pero hubo dos que particularmente los ligaron al hecho: el de una médica forense, quien opinó que el deceso de la víctima nueve meses después de ser golpeado no se debió a otra cosa que a las lesiones que sufrió ese día; el otro fue de una miembro de la Unidad Regional de Orden Público I (UROP I), que investigó a los involucrados y cuyo equipo logró situarlos en la escena antes y después del crimen.

La de este miércoles fue la segunda audiencia del debate contra Aníbal Galeano, Bernabé Chávez, Verónica Agüero y Yamila Barroso. Para entender las declaraciones de ayer cabe recordar que Leyes fue atacado la madrugada del 18 de abril en una playa de estacionamiento de la estación de servicio Axion de Juana Koslay. Este martes, la familia del hombre asesinado contó ante los jueces que Claudio fue citado allí por un conocido de apellido Cabrera, quien lo llamó por teléfono cerca de las cinco de la mañana para reunirse en la expendedora de combustible.

Cuando Leyes llegó a la reunión, Cabrera no estaba solo, sino acompañado por los imputados y, según surgió ayer, al parecer también por un menor de edad. Tras golpearlo y tumbarlo, siguieron arremetiendo contra él en el piso con golpes en la cabeza que le fracturaron la parte superior del cráneo, la nariz y el hueso orbital que rodea el ojo izquierdo. Luego le robaron su teléfono, la billetera y documentación personal y de su auto.

Un efectivo de la Patrulla de Aproximación Comunitaria (PAC) y su compañero encontraron los papeles al día siguiente, sobre la calle Pedro Velazco, un camino de tierra paralelo a la avenida José Santos Ortiz. Estaban a unos 200 metros de la estación de servicio y a apenas 20 metros de una casilla en la que vivía Galeano. Eso declaró el policía ayer, acompañado de imágenes de seguridad en las que se ve a dos hombres, a dos mujeres y a un niño caminar por esa calle en sentido este y descartar la documentación.

Tanto él como otros agentes que pasaron por el estrado mencionaron que Galeano era conocido en el ambiente porque vecinos y comerciantes de la zona lo señalaban constantemente por hechos delictivos. Incluso los investigadores dijeron que les fue difícil obtener datos de los playeros de la estación de servicio porque temían represalias del hombre por su prontuario.

Uno de esos empleados, atestiguó otro efectivo, incluso identificó a Galeano como parte del grupo que agredió a Leyes a pesar de que la zona del ataque estaba oscura. Ese otro testigo también dijo que el sospechoso vivía y lavaba autos junto a una mujer, Barroso, quien era su pareja. A su vez, la mujer es prima hermana de Agüero, quien es pareja de Chávez.

Una línea temporal

Luego, dos miembros de la brigada de la UROP I dieron detalles de cómo llegaron a identificar y situar a los imputados gracias al análisis de cámaras de seguridad públicas y privadas. Una de las puntas del hilo fue el Peugeot gris de Cabrera, cuyo trayecto antes y después de la golpiza quedó registrado en video. También exhibieron imágenes de la llegada de Leyes a la escena en su auto particular, que su familia debió buscar al día siguiente del hecho.

Acompañados por capturas de video, filmaciones y un gráfico con una línea de tiempo investigativa, los efectivos mencionaron que Barroso, Agüero, Chávez y Cabrera pasaron todo el sábado 17 de abril bebiendo y cocinando en la casilla de Galeano junto a él y al menor.

Exhibieron extractos de su informe en los que pudieron situar a Galeano en la escena por su vestimenta, que llevó colocada varios días y con la que fue fotografiado. También, que tras la golpiza, la pareja y el chico regresaron hacia la casilla, tiraron la documentación cerca de las 6:08 de la mañana y que luego pasaron todo el domingo como lo habían hecho el día anterior.

Consultada sobre si podía hacer una aseveración con todas esas pruebas, la investigadora de la UROP I no dudó en decir que “las personas que salen en la filmación son las que hoy están acá sentadas como acusadas”.

Los magistrados del tribunal también escucharon al médico terapista Juan Carlos Bossio y a la médica forense del Poder Judicial Patricia Gallardo.

El primero trabajaba en la terapia intensiva del Hospital Central “Ramón Carrillo” y atendió a Leyes por tres meses, hasta que fue derivado a una sala común. Si bien dio detalles del tratamiento y el estado en que encontró a la víctima, las preguntas de las partes apuntaron a indagar si hubo relación directa entre la muerte y la golpiza, ya que en el medio hubo nueve meses en los que Claudio también sufrió otras afecciones.

“En mi experiencia no hay relación directa entre esa lesión y el deceso”, dijo, algo opuesto a lo que sostuvo Gallardo, para quien no hubo dudas de que el gravísimo traumatismo de cráneo que sufrió Leyes fue el causante de su deterioro y fallecimiento.