Piden 15 años de cárcel para dos acusados de violar a una chica

A dos años y medio de ser enviados preventivamente a la Penitenciaría de San Luis, G.S. y su amigo J.G.J. ya conocen la pena que afrontarán cuando sean juzgados por violar, en repetidas ocasiones, a A.M.S., la hija adolescente de uno de ellos. La Fiscalía de San Luis solicitó que sean condenados a 15 años de prisión.

En la audiencia de elevación a juicio, el fiscal Esteban Roche requirió que G.S. sea sentenciado por "Abuso sexual con acceso carnal agravado por causar grave daño a la salud, por el vínculo y por tratarse de una menor de edad aprovechando la convivencia preexistente", y que J.G.J. lo sea por "Abuso sexual con acceso carnal agravado por causar un grave daño a la salud".

En la formulación de su acusación y pedido de elevación a juicio, el letrado recordó que los ultrajes ocurrieron entre 2019 y 2021, y todo quedó al descubierto en mayo de ese último año.

De acuerdo a la investigación que hizo en su momento la exjueza y actual fiscal instructora, Virginia Palacios, J.G.J. era parte de un grupo de amigos con quienes el padre de la víctima solía juntarse a beber.

A esas reuniones, en las que solo participaban varones, G.S. solía ir con su hija. A varios les llamaba la atención que ese hombre, padre de nueve chicos, saliera de noche, generalmente solo con la adolescente a ese tipo de juntas.

G.S., la víctima y el resto de la familia vivían en un paraje del interior provincial, en una precaria casa, en condiciones de hacinamiento y aislamiento social.

La investigación de la causa por maltratos, abuso sexual y violencia de género en el seno de esa familia llevó a la Justicia a poner su atención también en el vínculo que existía entre la damnificada y uno de los amigos de su padre: J.G.J., quien en ese momento tenía 53 años.

Varios testigos que hablaron con los policías señalaron al segundo acusado como "el novio" de la chica. J.G.J. era pensionado, hacía changas de chapa y pintura en un taller de San Luis, y vivía en una casa del módulo 13 de La Punta.

El 25 de mayo de 2021 la Policía allanó su domicilio y le secuestró varios teléfonos. Días más tarde, del análisis de esos celulares surgieron mensajes de texto que el sospechoso intercambiaba con la chica y que confirmaron los sometimientos sexuales que ejercía sobre la víctima.

El examen ginecológico confirmó, por otro lado, que la nena presentaba lesiones compatibles con abuso sexual infantil.

El primero en ser procesado fue G.S. y, una semana después, fue el turno de su amigo.

Redacción/MGE