Un profesor malo para las finanzas y con colegas que son peores

El diputado nacional Claudio Poggi parece haberle agarrado el gustito en las últimas semanas a eso de garabatear en un pizarrón los supuestos números en rojo de las finanzas provinciales. Incluso impulsa un curioso “gabinete de seguimiento y control fiscal” para analizar cuentas que ya se comprobó son superavitarias. De hecho, es bastante corajudo al iniciar esta acción, porque sus antecedentes como primer mandatario y la realidad actual de algunos gobernadores que comparten su color político muestran administraciones plagadas de deficiencias.

Primero repasemos el registro del que ahora pretende ser un profesor de finanzas. Poggi dejó la Provincia con una colección de faltas e irregularidades: cobro de doble beneficio de trabajadores de Inclusión, proyectos sin control con los Fondos de la Soja, retrasos de más de 90 días en el pago a las empresas de la obra pública, refacción ostentosa de la Casa del Gobernador (Centro Oncológico), gastos reservados para publicidad y el fracaso del Programa Nuevas Empresas, solo por mencionar algunas.

Pero un recorrido veloz por la ruta 7 exhibe que la incapacidad para mantener finanzas sanas parece ser la norma en los gobernadores de Juntos por el Cambio, espacio del que el cordobés es un firme aliado. Un informe publicado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) indica que la Ciudad de Buenos Aires tiene un déficit que supera los 7 mil millones de dólares. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, salió al cruce de estos números, pero no puede hacer lo mismo con sus prioridades.

Según datos que se desprenden del propio gobierno de Buenos Aires, por día se gastan 12 millones de pesos en publicidad, cuando hay áreas en esa ciudad con necesidades apremiantes. Entre 2017 y 2021, el presupuesto del gobierno de Buenos Aires para políticas de vivienda se redujo en un 70%. De acuerdo al Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), el año pasado apenas el 2% del presupuesto general se destinó a mitigar el déficit habitacional, en una urbe en la que el 10 por ciento de la población vive a la intemperie o en condiciones insalubres y de hacinamiento.

Más cerca, del otro lado del Desaguadero, se repite la tendencia. Un análisis de las ejecuciones presupuestarias entre 2010 y 2019 realizado por el Consejo Empresario Mendocino (CEM) determinó que la vecina provincia tuvo diez años de déficit consecutivo. Un reciente mejoramiento de las finanzas parece no haber alcanzado. Una insuficiente oferta de aumento salarial a los empleados estatales motivó esta semana un paro de 48 horas de los principales gremios. El conflicto sigue abierto.

La inauguración que hizo el Estado puntano el miércoles de las mejoras realizadas en la ruta provincial Nº 17 que une Saladillo con Juan Llerena, una obra ejecutada con fondos propios y que potenciará el turismo y la producción, es la demostración concreta de la solidez de las finanzas locales, una realidad que anhelarían los dirigentes de Cambiemos.