Construirán termotanques solares para familias rurales
Proyectan armarlos con materiales reciclados, para reducir costos. Quieren entregarlos a vecinos de Luján.
Un grupo de quince estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) consiguió que su iniciativa para desarrollar termotanques solares con materiales reciclados obtenga financiamiento de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. El director del proyecto, doctor Osvaldo Olguín, aseguró que el destino de los artefactos es “dotar a las familias de productores rurales del norte de la provincia con una tecnología que les permitirá mejorar su calidad de vida”.
El proyecto nació en el seno de los voluntariados que estudiantes y docentes de la casa de estudios llevan adelante en la localidad de Luján. Los voluntarios, entre los que están Luz Eggel y Gissella Ibarra, vuelcan sus esfuerzos hace más de cinco años en La Crisálida Comuna Socioproductiva. “A medida que fuimos conociendo a los vecinos y productores de La Crisálida fueron surgiendo nuevas iniciativas para resolver necesidades de las personas y una de ellas fue dar una solución a la falta de acceso a agua caliente”, dijo Luz Eggel, licenciada en Biología Molecular y becaria del Conicet.
El proyecto de extensión fue seleccionado, junto a más de una treintena de la misma UNSL, por la Secretaría de Políticas Universitarias para obtener financiamiento del mismo organismo nacional. “Además del desarrollo de los termotanques, también están incluidas en el proyecto la instalación y la capacitación para las personas que los van a utilizar”, explicó Olguín.
Los artefactos serán instalados en diez viviendas de pobladores de Luján y según tienen planificado, el primero será “construido e instalado en el tinglado que los vecinos usan en La Crisálida Comuna Socioproductiva”, aseguró Gissella, estudiante de Nutrición. “En La Crisálida muchas familias llevan adelante sus cultivos comunitarios —agregó—, será muy importante que los trabajadores puedan tener acceso a una ducha caliente en el mismo lugar donde producen”.
Olguín, doctor en Física, es el encargado de aportar sus conocimientos para que el diseño de los termotanques sea eficiente. “Consiste en la realización de un bastidor utilizando botellas de gaseosas (en lo posible lisas), se las perfora para introducir por el medio cañerías de PVC de 3/4 o media pulgada de diámetro, y luego se van colocando esas botellas de modo tal que, además de aislarlo del medio ambiente, tiene un efecto de microinvernadero, que es lo que va calentando el agua en esos tubos”.
Todos los materiales son caros en el mercado, pero a través del financiamiento y de la utilización de materiales reciclados se pueden reducir los costos. “Se trata de un desarrollo que tiene que ser barato y de calidad, para garantizar que funcione eficientemente. Una forma de reducir costos es reciclando, pero también sería interesante contar con aportes de mano de obra y materiales”, aseguró el coordinador del proyecto.
Además de impulsar el uso de energías renovables y de posibilitar el acceso al agua caliente, el proyecto busca contribuir a la solución del problema del riego de las huertas comunitarias a través del tratamiento de aguas cloacales con la implementación de un filtro biológico, que con un excelente clorinado y desinfección podría permitir que el agua salga en condiciones óptimas de consumo. Existen experiencias previas por parte de Olguín que datan del año 1993. “Sería una continuación a futuro y eso sería viable porque las huertas de cada casa tendrían su riego propio. Uno lo que puede hacer es un campo de rama con caños de PVC enterrados con perforaciones y con cámaras sépticas, que permitirían que toda el agua cloacal se depure y se tire en el campo de rama… Sería de alto rendimiento y a bajo costo”, resaltó el investigador.
Por último, los voluntarios coincidieron en la importancia de la vinculación, a través de proyectos de extensión, de la universidad con la sociedad. "Poder aportar conocimientos y experiencias in situ para resolver escollos y posibilitar una mejor calidad de vida es una de las funciones fundamentales de los investigadores y científicos formados en universidades públicas", aseguró Eggel.
Más Noticias