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Acoso callejero: el piropo, un arma normalizada de violencia

El 90% de las mujeres sufrieron hechos antes de los 19 años. Se realizaron para sensibilizar a la población sobre un hecho de violencia más común de lo que se piensa y que sigue vigente.

Por redacción
| 17 de abril de 2022
Nunca más el silencio. Una de cada dos mujeres no se siente segura en un espacio público y el 59% adapta su vestimenta para salir a la calle. Foto: Internet.

 Una mirada penetrante que eriza la piel acompañada por una grosería, y hasta a veces una palmada, son cosas de todos los días para las mujeres que día a día se enfrentan con el acoso callejero y muchas veces dejan de usar la ropa que les gusta o desvían sus caminos por otros lugares para no cruzarse con hombres que violentan su bienestar. Desde el 11 de abril hasta hoy se conmemoró una nueva Semana Internacional contra el Acoso Callejero que dejó en diferentes partes del mundo campañas de concientización y sirvió para concientizar y visibilizar este tipo de violencia, que es más común de lo que se piensa y actualmente sigue tan vigente como en otros tiempos.

 

Según el estudio "Ella se mueve segura", del Banco de Desarrollo de América Latina, y datos del Observatorio Ni Una Menos de MuMaLá, todas las mujeres en Argentina declararon que fueron víctimas de acoso callejero por lo menos una vez. El setenta por ciento de ellas recibieron comentarios sobre su apariencia. El mal llamado “piropo” es la acción más común de violencia que con el mal manejo del lenguaje deja rastros de opresión y acoso en quien lo recibe.

 

En casos más graves, al 37 por ciento de las mujeres un hombre les mostró sus partes íntimas; a tres de cada diez las tocaron con intención sexual en la vía pública, mientras que nueve de cada diez mujeres sufrieron dos o más situaciones de acoso en el transporte público. Números que alarman y asustan, porque el crecimiento aumenta cada año.

 

La fundación Mujeres, que lanzó en la última semana un spot sobre el acoso callejero, difundió los siguientes datos: una de cada cuatro niñas ha sufrido este tipo de acoso antes de los doce años; el 59 por ciento de las mujeres adapta su vestimenta para salir a la calle; las denuncias solo se realizan en un 3 por ciento de la población femenina, y una de cada dos mujeres no se siente segura en un espacio público.

 

 

 Muy pocas veces me siento con la seguridad de llevar ropa escotada o polleras cortas, ponerme ropa que me gusta. Paula Miranda

 

“En la adolescencia, mientras descubrí que mi cuerpo comenzaba su etapa de desarrollo, viví varios momentos que quise borrar con el tiempo y ahora, ya de grande, se reproducen constantemente en mi cabeza, como hombres adultos que se relamían o ‘baboseaban’ mientras decían palabras horribles. Muy pocas veces me siento segura de usar ropa escotada o polleras cortas. Ya tengo cerca de treinta años y sigo con miedo de que me acosen”, expresó Paula Miranda, una joven de 27 años de la ciudad de San Luis que se encontró desde muy chica en las calles de la ciudad con el acoso callejero.

 

Pero no solo los comentarios verbales y los gestos obscenos son considerados acoso, sino también la difusión de fotografías y grabaciones hechas sin consentimiento, la persecución o el arrinconamiento, la masturbación en público, mostrar partes íntimas del cuerpo y el contacto físico indebido y sin el consentimiento de la mujer.

 

“Siento que violar la intimidad de la pareja fue lo peor que me pudo pasar, cuando me enteré que varias de mis fotos fueron compartidas por un grupo de amigos cercanos a mi exnovio. También viví el acoso mientras viajaba en colectivo, cuando un señor comenzó a tocarse sin sacarme la mirada de encima. Las mujeres somos víctimas todo el tiempo de este tipo de violencia y, por más que nos cuidemos, todo depende de la conducta del hombre. Él tiene que replantear lo que le sucede frente a estas situaciones, nosotras solo somos víctimas de sus decisiones”, agregó Flavia Flores, otra víctima puntana de acoso que quiso contar su historia.

 

Pero ¿existen regulaciones y sanciones que remienden el daño que hace esta violencia? Hasta el momento, el acoso callejero es considerado una contravención solamente en la Ciudad de Buenos Aires, donde fue incluido al Código de Contravenciones en 2016. En diciembre de 2018, la Legislatura porteña aprobó una modificación del Código que incrementa las penas para situaciones de acoso sexual callejero. Las sanciones incluyen entre 1 y 5 días de arresto o multas económicas de entre $1.700 y $8.560. Además, esta modificación agrega al acoso sexual el “hostigamiento digital”, es decir, la difusión no autorizada de imágenes o grabaciones íntimas.

 

 

Quienes tienen que evaluar sus conductas y rever todo lo que nos hacen en la calle son los hombres, no nosotras. Flavia Flores

 

A nivel nacional, existe un proyecto de ley impulsado por Olga Rista, diputada cordobesa por Cambiemos, que busca incorporar el acoso callejero al artículo 129 del Código Penal. La modificación establecería una multa de $1.000 a $15.000, que podría duplicarse en casos de que la víctima sea menor de 18 años o si el victimario es funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaria. Además de la multa, el proyecto requiere que las personas que hayan cometido el acoso asistan por lo menos por tres meses a talleres o actividades educativas para la concientización y erradicación del acoso sexual callejero. La Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados avanzó con el dictamen del proyecto, pero todavía no ha sido votado en el recinto.

 

En América Latina, Chile y Perú son los dos países donde el acoso sexual callejero ya es considerado delito y tiene penas de hasta 8 años de cárcel. Mientras que en Europa, a finales de 2021, la Asamblea francesa aprobó multar con hasta 750 euros a los hombres que silben a mujeres en la calle.

 

“Sentimos que estamos cada vez más expuestas a lo que sucede en la calle. Pedimos caminar sin miedo, llevar la ropa que tengamos de preferencia sin fijarnos en lo que sucede a nuestro alrededor. Queremos dejar de lado los complejos e inseguridades”, recalcó Paula.

 

 

Redacción / NTV

 

 

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