Que juegue enojado

El entrenador neerlandés Louis van Gaal declaró en las últimas horas que tiene "cuentas pendientes" con la Selección Argentina desde aquella semifinal de Brasil 2014 en el Arena do Sao Paulo, en la que los dirigidos por Sabella (fallecido un día como hoy, hace exactamente dos años), derrotó y eliminó (4 a 2 en penales) a su selección, cuando todavía gozábamos del privilegio futbolero de llamarla Holanda.

Hasta allí todo bien. Es normal que el bueno de Louis quiera "revancha" como expresó, pero el problema fue cuando intentó justificar sus cuentas pendientes con un mensaje casi provocador para el capitán argentino: "Messi es un jugador que puede decidir un partido en una acción individual. En la semifinal que jugamos contra Argentina en el 2014 no tocó una pelota y perdimos en los penales", dijo muy suelto de cuerpo el neerlandés y esa puede ser su condena, que intentaremos explicar brevemente.

El editor de la sección Deportes del diario El País de España, José Sámano, un licenciado en periodismo que ha pasado buena parte de su vida profesional ensayando párrafos sobre las proezas de Messi con una pelota, lanzó camuflado en su crónica de Argentina vs. Australia una teoría sobre el astro rosarino y cómo su ira impactó directamente en la apertura del marcador.

Para Sámano, el forcejeo que Messi tuvo en uno de los costados de la cancha con Aziz Behich, el lateral izquierdo australiano que juega en el Dundee de Escocia, apenas unos instantes antes de poner el 1 a 0, fue el detonante de su enojo y por ende de ese gol. "Al genio no conviene alterarle", explica el periodista que ya cubrió 4 mundiales y varios de los 767 partidos del rosarino en Barcelona.

En épocas en las que las redes sociales marcan prácticamente el pulso de la vida, es casi un hecho que Messi ya se enteró de la frase provocadora del DT. Ya circulan compactos de aquel partido con las mejores jugadas de Lionel y es un hecho que Van Gaal se equivocó, como cuando quería hacer que Riquelme corra al lateral contrario hasta zona defensiva.

El pedido es bastante simple, que mañana se cumpla la teoría, que el 10 juegue con rabia, con el ceño fruncido, con la voracidad de siempre, y que le deje más cuentas pendientes  al terco Louis.