Mahmoud es un argentino más

Mahmoud Al Fadli, de Qatar News Agency, salta de su silla y se abraza con el enviado de El Diario de la República tras el toque sutil de Messi que abre el partido ante Australia.

Es un festejo que no tiene fronteras. Ahí estamos, a la par en el block de prensa, en un lugar majestuoso de cara al césped, hermanados por Messi.

Después, cuando Julián Álvarez anotó el segundo gol argentino, Mahmoud siguió en su labor periodística. Apenas si levantó la mirada para chequear la acción en la repetición del monitor.

Pero cada vez que Messi agarraba la bola inmaculada, Al Fadli estaba hipnotizado. Sonreía con una amplitud descomunal y con gestos ampulosos reclamaba más que cualquier hincha “albiceleste” cuando al “10” le cometían falta.

También se puso los guantes de “Dibu” cuando los “canguros” arremetieron en el instante final y, cuando el resultado fue parte del pasado, apretó el puño, hizo un gesto de alivio y se quedó mirando a la hinchada argentina, como quien mira el atardecer sobre el Golfo Pérsico, lejos de las descomunales construcciones.

Qatar está fanatizada por Messi y por nuestra Selección. Somos locales en los estadios por el fervor nacional instalado en Doha, pero también porque los qataríes lo hacen notar en cada rincón.

Messi es carta de presentación en cualquier lugar. Nombrar a Leo muta un gesto adusto de los anfitriones en inmediata sonrisa.

Mahmoud miró con gusto cuando cebábamos mate en la previa, pero ante nuestra invitación prefirió sacar fotos y agradecer, antes que probar.

Ya con el éxito consumado, tomó la iniciativa y pidió “un mate argentino”.

En la medianoche qatarí, la yerba estaba gastada y el agua, tibia. Para Al Fadli fue un mate “espectacular”… “crack”… “genio”. Y así, repitiendo las tres palabras que nos había pedido antes de iniciar el partido para encasillar a Messi, con una mirada criolla siguió escribiendo su crónica.

Camino a la conferencia de prensa, los colegas del mundo consultan a todos los periodistas argentinos si este fue el mejor partido de Messi.

"Nunca será el mejor, el mejor está por venir". Eso pensamos en El Diario.

Que siga la función. El próximo viernes a las 22 (16 en San Luis) se abre la sala Lusail, mismo escenario de los dos primeros partidos de Argentina y el que recibirá la final el 18 de diciembre.