Un rapero en colores: Acru canta en San Luis

Agustín Cruz, más conocido como Acru, es la voz, los ojos y las manos que pintan su propia música. En donde la mayoría ve trazos sobre una hoja, el cantante —y dibujante en su tiempo libre— escucha melodías y prosas poéticas que luego desarrolla y transforma en canciones.

Este sábado, a partir de las 21, el rapero se presenta en el multiespacio Comuna. Junto a él estarán el dj Haze en las tornas; Tomi Sainz en la batería; Marti Varela en el bajo y Facundo Cassetari en la guitarra. También tenía previsto un show en Villa Mercedes, que fue cancelado a último momento.

Acru pinta cada detalle de su escena artística, desde la composición de las letras hasta las luces, pantallas e imágenes que enmarcan su cuerpo mientras canta al mejor estilo rapper con pantalones cargo, remeras oversize y gorros de pescador. Es por eso que su segunda presentación en la provincia lo tiene tan entusiasmado, ya que no busca redimirse pero sí traer una puesta en escena superadora, en la que trabajó por más de dos años.

“Es un show que va a demostrar un crecimiento grande respecto al anterior. Estoy muy contento con lo que tenemos para proponer en vivo con este proyecto que se ha cuidado y alimentado tanto”, adelantó Agustín.

Dicen que el fruto no cae muy lejos del árbol y Acru es el claro ejemplo. Su papá, el escritor Víctor Cruz, le heredó el mejor hábito: la disciplina.

Estar largos períodos de tiempo sentado en silencio mientras su padre creaba páginas y tramas no era uno de sus pasatiempos preferidos, pero hoy es algo que agradece. “Tenía todo un ritual del silencio, a lo sumo ponía un tema de fondo para que las cosas empiecen a pasar. Cuando era chico lo veía como algo aburrido, pero con el tiempo entendí la profundidad de la palabra, lo que puede generar el arte de manejarla y de llegar a situaciones a través de ella”, explicó el joven de 24 años, y aseguró que todo ese proceso fue el que lo influenció en su veta de compositor.

Entender el valor de la palabra lo motivó a dejar en un segundo plano los grafitis y murales, que por sí solos le eran insuficientes, para volcarse al hip hop y al rap. En estos géneros encontró un espacio de expresión pero, sobre todo, de sanación.

"En varias canciones traté de volcar momentos trascendentales de mi vida, desde la alegría hasta la nostalgia, el desafío personal y la adversidad. Es un ejercicio muy lindo que me permite crear temas que tienen historia y que me ayudó a dejar esas cosas en un mejor lugar”, describió.

Ahora, Acru navega en nuevos mares. Dejó la oscuridad y la dureza del disco “Anónimo”, que tiene una impronta 100 por ciento rapera, para flotar en las aguas inciertas de su próximo material, “El don”.

"El disco tiene una nueva línea y camino. Estoy buceando para ver la mejor forma de volcar todo y creo que eso sigue acompañando la idea de que son obras de una misma persona con distintos momentos y tipos de colores”, explicó el artista, quien saltó a la fama gracias a las batallas de freestyle, un espacio al que estaba cerrado a volver, pero por el que ahora se asoma una pequeña rendija de luz.