Villa Mercedes volvió a los remates presenciales

La imagen ya era habitual en San Luis, pero para Villa Mercedes era el "debut" de los remates en la era de coronavirus. El protocolo aprobado por el Comité de Crisis exige que no haya más de 15 personas en las tribunas, tapabocas obligatorio para todos y una competencia por la hacienda en dos niveles: los privilegiados que pudieron entrar al predio La Fortuna, de la Sociedad Rural Río Quinto, pujan con los que, computadora mediante, están en sus casas y oficinas y quieren comprar los mismos animales. Habrá que acostumbrarse.

Lo bueno es que después de más de cinco meses volvieron los remates físicos a Villa Mercedes. Y si bien la hacienda fue escasa, apenas 150 cabezas, lo importante era empezar, mostrarles a los productores que la actividad estaba viva.

Para los que nada cambia es para los animales, que cambiaron de manos con agilidad, porque la ganadería sigue siendo un negocio floreciente, aun con la pandemia.

Sergio Herrera, el presidente de la Rural, mostró su conformismo  con el retorno de la gente al predio. "Son muchos los detalles que ahora se deben tener en cuenta para poner en marcha una subasta, y encima el tiempo fue escaso para afinar los requerimientos del protocolo. Para la próxima reunión tendremos un mes, las cosas van a salir mejor. Además, los productores que ahora prefirieron pasar de largo, yo creo que van a volver. Cuesta acostumbrarse a una consignataria nueva, es un ambiente muy tradicionalista", evaluó.

Los terneros siguen con buenos valores. Por las hembras livianas llegaron a pagar $146.

 

Se refería al cambio de martillo, porque como Eduardo Travaglia no puede ingresar desde Córdoba, las ventas corrieron por cuenta de San Luis Feria. Juan Coppello condujo la reunión bajo la supervisión de Sonia Berardi, que es martillera habilitada.

Encima el día no fue un aliado, porque el frío se hizo sentir con fuerza, lo mismo que el viento sur. Pero los compradores no se amilanaron, siguieron con atención los lotes, hicieron sus ofertas y se llevaron todas las cabezas disponibles a precios que dejaron conformes a los organizadores.

Los terneros, sobre todo, siguen pisando fuerte. Por las hembras de menos de 200 kilos se pagó un máximo de 146 pesos, mientras que las más pesadas costaron entre $136,50 y $141,50; lo mismo que los machos de esta categoría, que salieron a un promedio de $139,50 el kilo.

Los toros oscilaron entre $77 y $83,50; en tanto que las vacas gordas para faena obtuvieron un pico de 84 pesos, 20 pesos más que las de invernada. Finalmente, las vacas CUT con garantía de preñez fueron de los $27.500 a los $32.000 cada una, y las nuevas en las mismas condiciones, a $40.000.