Una provincia contra el fuego
Fueron seis dotaciones de bomberos abocadas a combatir el fuego que afectó a las Sierras Centrales de San Luis.
Damián Gómez, jefe del Subprograma Coordinación General de San Luis Solidario, destacó que “la coordinación de todos los estamentos del Estado provincial hoy está más aceitada y creo que el equipo de trabajo de Gobierno está más unido. Quizá antes se trabajaba en el combate de los incendios, pero no se utilizaban todos los recursos como hicimos ahora. Esta vez usamos todo lo que estuvo a nuestro alcance y lo pusimos a disposición”.
En ese sentido, señaló que “durante los seis días tuvimos a disposición dos ambulancias del Sempro y contamos con una carpa sanitaria con agentes sanitarios y enfermeras para controlar a los bomberos y brigadistas cuando terminaban su tarea”. También dijo que “tuvimos la colaboración de Seguridad Vial y Policía de Tránsito para hacer los cortes de calles y rutas, o la Secretaría de Deportes, que tuvo listo el Estadio 'Juan Gilberto Funes' en caso de que fuera necesario utilizarlo”.
Otro elemento que se sumó fue la información actualizada de la Red de Estaciones Meteorológicas (REM): “Fue importantísimo su aporte porque nos daba el comportamiento del viento. Y constantemente nos iban informando, cada una, dos y hasta diez o doce horas; dependiendo de lo que fue solicitando el grupo de trabajo. Eso nos permitía saber hacia dónde el fuego buscaba irse”. También dijo que “los técnicos de Medio Ambiente nos ayudaron a conocer la vegetación y saber cuál era la que podía resistir más el fuego para que los bomberos supieran hasta dónde podían acercarse”.
Explicó que “si bien el viernes, que fue el primer día, empezamos con unos 50 brigadistas, el resto de los días trabajamos con por lo menos 120 bomberos que contaban con los equipos necesarios para combatir las llamas. Y cuando veíamos que algún cuartel no tenía la mochila y los chicotes se los proveíamos para que esté operativo: nadie subió a trabajar sin los elementos”.
Lo mismo se hizo con los carros hidrantes ya que cada 24 horas se les solicitaban las novedades de los vehículos forestales de 200 a 1.500 litros de agua, hasta los medianos de 2.500 y los pesados de 4.000. “Así íbamos evaluando día a día en qué zona los necesitábamos”, comentó.
Sobre la duración del siniestro, aclaró que “se dio así porque las características de la zona impedían poder acceder. Aun cuando hubiéramos tenido a disposición el helicóptero desde el primer día. Hay laderas de esa montaña a las que no se puede llegar. Sabíamos que iba a ser un incendio grande y lo que teníamos que lograr era contrarrestarlo a esas alturas y contra el viento. Porque había que evitar que afectara alguna vivienda, localidad o ciudad para evitar el incendio interfase. Creo que la coordinación hizo que no fuese peor. Fue muy difícil trabajarlo”.


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