San Luis cumple el bicentenario de la declaración de su autonomía

Hace doscientos años, el 26 de febrero de 1820, nacía la provincia de San Luis como ente autónomo. Para conocer más de este hecho transcendental de la creación del Estado sanluiseño, El Diario de la República consultó a dos jóvenes docentes universitarios, Cristian Altavilla (abogado) y Guillermo Genini (licenciado en Historia),  para entender la importancia de esa decisión que aun hoy no es lo suficientemente conocida, ni valorada por la sociedad puntana.

Según contó Altavilla, docente universitario de la carrera de Abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba y de la Universidad Siglo 21 e investigador del Conicet: “El 15 de febrero, con el tañido de las campanas, se convocó a los principales vecinos de esta ciudad (según el acta que guarda el Archivo Histórico Provincial) para que se reuniesen en la sala consistorial de acuerdo para celebrar un Cabildo Abierto. Ese día se resolvió pedir la renuncia al teniente gobernador Vicente Dupuy (designado por el director supremo en 1814), y se decidió reasumir el Gobierno en sí mismo. Días más tarde, el 26 de febrero, el nuevo Cabildo dictará las bases de la nueva organización que daría la flamante provincia autónoma, erigiéndose, entre otras disposiciones, como Cabildo-Gobernador. Y el 1° de marzo (el mismo día que San Juan) nombraron al primer gobernador de la provincia autónoma, don José Santos Ortiz”.

Pero ese hecho histórico trascendental fue precedido de otros que desencadenaron en esa decisión. “El año 1820 fue convulsionado por las guerras internas entre federales y unitarios, la amenaza del Brasil que pronto desembocará en otra guerra, las batallas por la independencia en el norte (Salta, Tucumán y Jujuy) y en los Andes, la sublevación de Arequito, la disolución de las autoridades nacionales, el levantamiento de la liga de los Pueblos Libres comandada por José Gervasio de Artigas contra el Directorio y finalmente la disolución de las autoridades nacionales tras la batalla de Cepeda (1º de febrero de 1820)”, enumeró el doctor en Ciencias Políticas.

Altavilla explicó que “las causas de todos estos acontecimientos, que la historia oficial denominó  'período de la anarquía', pueden situarse en dos hechos concretos: la Constitución unitaria de 1819 y el famoso proyecto monárquico promovido y negociado por el Directorio y el Congreso, que quedará frustrado por la resistencia de las facciones federales al mando de los caudillos provinciales”.

José Santos Ortiz

Elegido por el Cabildo
Santos Ortiz fue gobernador en dos oportunidades (1820-21 y 1821-27) y finalmente cayó asesinado en Barranca Yaco, junto al “Tigre de los Llanos”, el caudillo riojano Facundo Quiroga, el 16 de febrero de 1835.
Durante su primer gobierno, en 1821, debió afrontar la montonera encabezada por el general chileno José Miguel Carrera. Recuperado el gobierno de San Luis, con la ayuda de Quiroga, comenzó una gran obra encaminada a lograr la unión y la concordia entre los Estados argentinos. 
En su segundo mandato, el 27 de marzo de 1827 firmó en Mendoza el Tratado de Guanacache, de unión y asistencia mutua entre las tres provincias cuyanas.

En su trabajo de investigación sobre la autonomía de San Luis, Altavilla señaló que, “según cómo se lo mire, todos estos eventos pudieron ser la causa de un desorden generalizado o bien el síntoma de un período de cambio. Y, mirado en retrospectiva, ese año (1820) es clave porque definió la estructura de Estado y de Gobierno que la Argentina finalmente adoptará para su futuro. Ese año 20 será el punto más álgido donde se producirá el grado de maduración de un proceso amplio y generalizado en el que se fueron conformando autonómicamente las 14 provincias originarias”.

Además, recordó que para el momento en que se produce la Revolución de Mayo, “San Luis formaba parte de la Intendencia de Córdoba del Tucumán, con capital en la ciudad mediterránea (que comprendía Cuyo y las actuales provincias de Córdoba y La Rioja). Poco después de la Revolución, el Segundo Triunvirato creó la provincia de Estado de Cuyo en 1813, que estuvo conformada por las actuales provincias de Mendoza, San Juan y San Luis; y que comandó San Martín entre agosto de 1814 y septiembre de 1816”.

La importancia de que San Luis decidiera declararse autónoma radica, según Altavilla, “en que significó la autodeterminación del pueblo puntano respecto de las demás provincias unidas. Desde el punto de vista político y jurídico, significa que se dan sus primeras instituciones, por las cuales se rige sin intervención de otro poder. Desde ahora, el pueblo de San Luis se gobierna a sí mismo”.

También citó el trabajo del historiador Urbano J. Núñez, quien escribió que “la declaración de autonomía de San Luis data del 26 de febrero de 1820, cuando el Cabildo resolvió dar las bases de la organización administrativa de la provincia. En este breve período de transición es el propio Cabildo el que reasume el gobierno propio, erigiéndose como Cabildo-Gobernador. Pero es bueno rescatar que en este hecho histórico, es el pueblo de San Luis el que reasume su soberanía, a través de su Cabildo, institución de participación local por excelencia. Ese mismo Cabildo nombraría al poco tiempo, el 1° de marzo, al primer gobernador de la provincia autónoma, el abogado José Santos Ortiz”.

Un nuevo libro

Compilación de todos los textos constitucionales

Cristian Altavilla está a punto de editar un libro donde recopiló y digitalizó todos los textos constitucionales de la provincia de San Luis, incluyendo el acta de autonomía y el Estatuto Provisorio de 1931, pasando por la primera constitución provincial de 1855 hasta la última constitución provincial sancionada en 1987. 

Este trabajo también incluye un Estudio Introductorio sobre la Evolución Constitucional de la provincia de San Luis, considerando el período 1810 hasta la actualidad. Según dijo, “esta es una obra única en el país, ya que ninguna provincia (salvo dos o tres excepciones) cuentan con un digesto o compendio constitucional histórico de estas características”.