Los lotes de maní ya cuentan con sus cultivos de cobertura

La cosecha de maní en San Luis llegó a su fin, pero los suelos que albergaron los frutos desnudos no quedaron en la misma condición. El Ministerio de Producción culminó la inspección de las 10.300 hectáreas cultivadas durante la campaña 2018-2019 y constató que las coberturas están hechas y listas para evitar las “voladuras” y la degradación del terreno que puede ocasionar el viento.

Es que en la provincia rige una reglamentación especial que obliga a presentar planes de manejo y conservación del suelo antes de producir maní, un fruto seco que puede generar daños ambientales si no es realizado con una serie de precauciones.

Entre las exigencias que plantea el decreto 4105, que está vigente desde el 2011, hay una obligación de sembrar un "verdeo" que sirva de protección al terreno al momento de arrancar el maní (crece bajo tierra) y dejarlo expuesto al sol para orearlo. "En esa instancia es muy importante que ya esté hecha la cobertura vegetal para evitar las voladuras, principalmente en agosto, uno de los meses más ventosos en la provincia. De esa forma, el suelo queda protegido y la degradación disminuye drásticamente", explicó Agustín Martínez, el jefe del Subprograma de Producción Agrícola, Cultivos y Pasturas Intensivas.

Fueron 35 los proyectos presentados durante la campaña, todos pertenecientes a unas once empresas que, en su mayoría, destinan la producción hacia el mercado externo, en donde se paga un buen precio por el fruto. Muchos de los campos utilizados están desparramados en el Departamento Pedernera, en las superficies rurales de Villa Mercedes, Justo Daract y Juan Jorba, aunque también hay algunos en el sur puntano y en el corredor Quines-Candelaria.

El funcionario contó que los resultados de los relevamientos fueron "muy gratificantes. En aproximadamente un 70% de los casos ya habían implantado centeno o trigo de manera exitosa cuando los visitamos por primera vez, a mediados de julio. El resto de los campos todavía se encontraban con poco desarrollo y tuvimos que volver a hacer la inspección en agosto", describió.

De esa manera se aseguraron que la producción no genere daños en los campos, que en la próxima campaña no podrán volver a ser destinados para el mismo cultivo (en realidad, son tres años).

Martínez dijo además que ya se preparan para empezar a recibir las carpetas para la nueva siembra, que seguramente arrancará en octubre. Los planes deben estar firmados por un ingeniero agrónomo y deben ser presentados por lo menos quince días antes de empezar con las tareas de implantación, para que el personal del Ministerio pueda inspeccionar los lotes que se usarán.