Investigadores de la UNSL ayudaron a una escuela

Después de largos meses de trabajo, un equipo de investigadores, estudiantes y voluntarios alcanzaron su objetivo: que una escuelita rural pudiera mejorar su calidad de vida. Integrantes del Laboratorio de Control Automático (LCA) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (que pertenece a la Universidad Nacional de San Luis), y de la ONG de Buenos Aires "500RPM", instalaron un sistema eólico y solar para que la escuela "Maestra Florentina Carreño", ubicada en el paraje Puertas del Sol, en las alturas de San Martín, pudiera tener energía las 24 horas.

Guillermo Catuogno, director del proyecto, explicó que el sistema está compuesto por dos paneles fotovoltaicos y un aerogenerador que aprovecha el viento. "Además cuenta con un banco de baterías", añadió. El investigador del Conicet destacó que los paneles y el generador (denominado "Piggot") evitarán que la institución deba usar el grupo electrógeno, que solo les permitía contar con hasta cuatro horas diarias de luz. "Significa también que van a poder ahorrar en combustible, que es lo que hace funcionar al grupo electrógeno. Sin dudas va a mejorar la calidad de vida y la educativa", señaló.

A comienzos de la semana pasada, el equipo de profesionales de "500RPM" terminó de instalarlo, una actividad que comenzaron hace algunos meses pero que ejecutaron por etapas. "Había días en los que no podíamos ir. La escuela está ubicada en un lugar muy difícil de llegar", aclaró. El responsable del proyecto resaltó que no fueron los únicos que participaron del proceso. Hace algunas semanas se sumó la Escuela Técnica Nº 31 "Profesor Víctor Saá", de la localidad de Quines, que aportó su ayuda durante la colocación. La institución estará a cargo del mantenimiento del sistema. A su vez agregó que el Ministerio de Producción fue el que propuso a la  escuela rural del Departamento San Martín como beneficiaria.

"Fue mucho el trabajo, la gente del colegio nos agradeció con cariño. Nuestro laboratorio es, en un principio, de investigación científica, pero todos estos proyectos hacen que uno pueda transferir lo que se está investigando. El compromiso social se ve mucho en los alumnos y eso los motiva, cosa que no sucede siempre. En este caso participaron los estudiantes de Ingeniería Electrónica y Mecatrónica", dijo Catuogno.

También recordó que hasta llegar a la concreción del proyecto pasaron casi dos años: arrancaron en 2017, cuando desde el LCA presentaron el proyecto social ante una convocatoria de la Secretaría Nacional de Políticas Universitarias. El área educativa les otorgó financiamiento para llevarlo a cabo, a través del proyecto “Agregando valor 2017”. Aunque todo estaba listo para poner manos a la obra, el aporte (que alcanzó los 150 mil pesos), no llegó hasta noviembre del año pasado, por lo que se demoraron en lanzarlo.

"A fines del año pasado hicimos la primera visita a la escuela para hacer un relevamiento de las necesidades y el consumo. En base a eso, hicimos el diseño del sistema, en esta etapa participó mucho la ONG, ya que nos ayudaron a pensarlo. Todo lo hicimos en el laboratorio de la FICA: diseño y creación de los elementos, el tablero, todo", contó Catuogno, y recalcó que en el LCA seguirán trabajando en nuevos proyectos.

El LCA y "500RPM" seguirán en la cruzada para colaborar con instituciones rurales y pueblos pequeños. Guillermo Catuogno contó que trabajan conjuntamente con la organización que difunde e impulsa el uso de la energía eólica desde hace varios años. También anticipó que planean llegar a diversas escuelas, sobre todo del sur del país. "Tenemos unos cuatro proyectos. La mayoría consiste crear sistemas de bombeo de agua con energía eólica. Dos de los destinos son Esquel y Bariloche", dijo.