Paris escribió un nuevo capítulo: “Quiero ir por más”

Fue un día inolvidable para Leandro Paris, lleno de emociones. Con sólo 22 años corrió su primer mundial de atletismo y cumplió con creces. Ya en la noche londinense, relajado, con la tranquilidad de haber cumplido, habló con El Diario.

—¿Cómo viviste tu primer mundial?

—Significó mucho. Vino mi familia, estuvo mi mamá. Fue un torneo lleno de emociones. Pasaron muchas cosas por mi cabeza, en un instante. La verdad que se me pasó la vida en 1´47”. Amo lo que hago y acá te das cuenta por qué te levantás temprano, por qué entrenás todos los días, por qué no comés tal o cual cosa. Ahora tengo que disfrutarlo y llenarme de energías para lo que viene.

—Miraste la pantalla y viste la marca, ¿qué sentiste?

—En el momento que terminé  la carrera, lo primero que hice fue mirar la pantalla porque hicimos una serie muy rápida. Vi el primero, el segundo, 1´45”, 1´46” y pensé que estaba por ahí. Salió 1´47”09 y me invadió una alegría enorme. Lo estaba esperando. Volver a correr los 800 metros de esta manera fue fantástico.

—Tu mamá estuvo con vos. Fue una inyección anímica importante...

—Mi mamá se lloró todo. Me emocioné cuando me contaba lo que vivió en la tribuna. Que sentía algo fuerte en el pecho, mucha emoción. Está maravillada con el estadio, la gente, con todo. La miraban a ella y a mi novia Mariela porque gritaban, me alentaban. Fue un sueño que mi vieja haya vivido esto por todo lo que hizo por mí. Fue un regalo que le quedará para toda la vida.

—Diste otro gran paso en tu carrera...

—Sí, pero voy paso a paso. Se me está dando absolutamente todo. Cumplo mis objetivos, mis metas; y quiero ir por más. Quiero mejorar. Ser mejor deportista, mejor persona. Sé que puedo lograr mucho más porque soy joven. Estos resultados me dan mucha confianza para poder seguir afrontando más desafíos.

—San Luis vibró con tu carrera...

Quiero decirle gracias a San Luis por haberme apoyado, por haberme escrito, por haber visto la carrera. Sentí una enorme compañía. Agradezco todo. Fue como una presión linda porque no quería fallarles. Por último, quiero decirles que todos los que tengan un sueño, que vayan en busca de él.

Un paso gigante

Paris quedó afuera en las series clasificatorias y terminó séptimo en una carrera de ocho atletas. Muchos leerán esa oración o habrán visto la competencia sin conocer el contexto y no entenderán por qué fue inolvidable su performance de ayer. Aquí, una breve explicación.

Empecemos: para un argentino, clasificar a un mundial en una prueba de medio fondo es mucho más que significativo. Recordemos que el último representante en 800 metros fue hace 26 años: Luis Migueles en Tokio 1991.

Continuemos: bajó su marca, otra vez; y eso en este deporte siempre es fantástico. Sumado a eso, lo logró en un mundial, en un estadio colmado con miles de almas.

Seguimos: consiguió el 25º tiempo de las series entre los 47 mejores atletas del mundo.

El sistema de clasificación indicaba que pasaban a semifinales los tres mejores de cada serie más los seis mejores tiempos de todas las tandas. Hubo cinco atletas con menor tiempo que Paris que no clasificaron, y otros cinco con un tiempo más alto que pasaron de fase.

A Leandro le tocó la manga más rápida -clasificaron cinco: los tres primeros y dos por tiempo- y eso, en cierto punto le jugó una mala pasada. Con su registro, hubiese ganado la quinta serie y clasificado segundo en la cuarta manga. Pero las suposiciones no cuentan. La realidad indica que corrió la segunda serie, no clasificó, pero el ritmo impuesto por el pelotón le permitió bajar su registro y eso es para festejar.

Leandro Paris tiene 22 años, debutó en un mundial e hizo historia. El atletismo argentino -y puntano- sabe que tiene un mediofondista que ya está a la altura de la elite mundial y con un enorme futuro por delante.