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Para concretar su sueño las mujeres seguirán un plan de cinco pasos

Por redacción
| 06 de agosto de 2017
Ahora las puntanas de cualquier edad podrán ir por su propio emprendimiento. (Alejandro Lorda)

Antes de que Adolfo llegara al Centro de Convenciones, su esposa, Gisela Vartalitis, comentó cómo sigue el recorrido de aquellas mujeres que quieren tener su emprendimiento. Tendrá cinco pasos e incluirá financiamiento para que adquieran sus herramientas de trabajo, además de promoción de sus productos y una red que las comunicará entre sí.
“El primer paso era capacitarse. Hoy dimos el primer paso, que fue fantástico. Pero nuestro camino tendrá cinco pasos. Ya dimos el primero. El segundo será hacer una reunión específica de cada uno de los talleres que a ustedes les interese. Esta semana les informaremos las fechas en las que desarrollaremos esos cursos. Los haremos más personalizados. Una vez que superemos esa etapa iniciaremos otra que consistirá en darles la herramienta material para que produzcan: puede ser una máquina de coser, un horno para hacer empanadas o lo que quieran cocinar y vender, insumos para  repostería, para bordar o tejer. Serán material de trabajo según lo que ustedes necesiten”, contó.“Para concretar ese paso, con Adolfo, creamos la Fundación Mujeres Puntanas que será el nexo para brindarles el material que se los vamos a dar y ustedes lo van a pagar en cuotas. Ustedes elegirán el plan de pagos. Podrá ser en 20, 50 o 60 cuotas, según lo que más las beneficie. Ustedes, si a la mitad del préstamo necesitan ampliar sus herramientas porque les fue muy bien, podrán adquirir más cosas. Ya sea un horno o una amasadora u otra máquina de coser. Se los vamos a otorgar y ustedes lo seguirán pagando. El negocio de ustedes será una herramienta fundamental, podrán manejar su tiempo y esfuerzo personal e incluso dar trabajo a otros”, remarcó.
“Una vez que tengan sus herramientas, el otro paso será promocionar cada uno de sus productos. Que todos conozcan sus proyectos y las vamos a ayudar para que sea exitoso. Y si por alguna razón no les fue bien, vamos a acompañarlas, a seguirlas y ayudarlas a recuperarse para que sean empresarias y emprendedoras exitosas”, sostuvo Gisela.
“El quinto paso será  la creación de una gran red de productos que cada una venderá. Y entre nosotras nos vamos a ayudar a promocionarlos por toda la provincia, el país y el mundo con herramientas tecnológicas”, dijo.

Una intensa búsqueda de dignidad y reconocimiento

 

De afuera, el Centro de Convenciones de La Punta es un edificio imponente. Con su forma redondeada, sus escaleras e inmensos salones, parece imposible de llenar. Sin embargo, las mujeres de San Luis lo hicieron con creces durante "su" encuentro provincial de emprendedoras. Llegaron en micros desde el interior, en colectivos, caminando y en auto. La organización las esperó con música y once talleres que se repitieron tres veces a lo largo del día y aún así algunos quedaron con  gente afuera, sobre todo el de Costura y Tejido y el de Belleza. Los otros fueron de Arte, Huerta y Jardinería, Gastronomía, Violencia y Adicciones (allí mismo más tarde se habló de Cómo ser emprendedora y Marketing digital), Primeros auxilios y RCP, Prevención y cuidados de la salud de la mujer, Mujer líder y Rol de la mujer en la familia. En la sala 7 hubo actividades denominadas "Un momento para vos", en el que se habló de belleza de manos, renovación celular y limpieza de cutis, con especialistas rotativas entre manicuras, cosmetólogas, esteticistas y cosmiatras.
"Ustedes son el pilar de la casa. Si están mal, nada funciona. Necesitamos que estén fuertes, no esperen a tener un problema para emprender, háganlo ahora", les dijo en la apertura de la jornada Gisela Vartalitis, esposa de Adolfo y organizadora de la reunión. "Emprender no es sólo hacer lo que nos gusta, son necesarias otras tareas: como un estudio de costos, de rentabilidad, saber cómo promocionar mis productos y cómo venderlos", les advirtió. 
Si bien entre las más de 20 mil mujeres había de todas las edades, el núcleo principal tenía entre 25 y 35 años, una edad justa para emprender algo propio, mientras que otro grupo estaba cerca de los 50 años, la edad cuando los hijos comienzan a partir y tienen más tiempo para ellas. 
 

 

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