Los accidentes viales, la principal causa de muerte entre los jóvenes

En el nuevo informe titulado “Control de la velocidad”, los especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el exceso de velocidad o su uso inadecuado es la causa de una de cada tres víctimas de accidentes de tránsito en el mundo. También explica que “las medidas de control de la velocidad previenen muertes y traumatismos en las rutas, y además contribuyen a mejorar la salud de las personas y hace más sustentable la vida en las ciudades”. El trabajo destaca que los siniestros viales son la principal causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años
El informe se publicó en coincidencia con la realización de la “Cuarta Semana Mundial de las Naciones Unidas sobre la Seguridad Vial”, que se celebró entre el 8 y el 14 mayo. Con la campaña “Salvemos vidas: reduzca la velocidad” que lanzó la OMS se pretendió alertar sobre los peligros que genera conducir con exceso de velocidad y explicar las medidas que se deben aplicar para combatir este factor de riesgo que genera muertes y múltiples traumatismos.
Otro dato que aporta ese trabajo estadístico es que cerca de 1,25 millones de personas mueren cada año en las rutas y autopistas de todo el mundo. Y de acuerdo con ese estudio, entre el 40 y el 50 por ciento de los conductores no respetan los límites de velocidad señalizados. De ese universo, los conductores varones jóvenes, que además han consumido alcohol, son los más propensos a circular a una velocidad excesiva, que puede provocar accidentes. Y advierte que si no se toman medidas drásticas para detener esta tendencia, el número de muertes y de personas discapacitadas por siniestros viales seguirá en aumento en los próximos treinta años, y  para 2030, será la octava causa de muerte.

Países Bajos, el Reino Unido y Suecia lograron reducir drásticamente las tasas de mortalidad.

Se calcula que los países a su vez pierden entre el 3 y el 5 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) porque además deja a muchas familias en condiciones de desamparo. Sin embargo, sólo 47 países promueven prácticas correctas en relación con una de las principales medidas de control de la velocidad que es establecer un límite máximo de velocidad de 50 kilómetros por hora en las zonas urbanas, que las autoridades locales pueden reducir en las calles cercanas a las escuelas, residencias y comercios.
Margaret Chan, directora general de la OMS, señaló que, “la velocidad excesiva o inadecuada es la principal causa de los traumatismos por accidentes de tránsito, un problema que afecta a nivel mundial. Atacando solamente este problema, los países lograrían una mejora inmediata de la Seguridad Vial, tanto en lo que respecta a la reducción de la mortalidad como a la mayor promoción de personas que se desplazarían a pie y en bicicleta. Que además generaría efectos positivos sobre la salud que serían profundos y duraderos”.
Algunas de las medidas de control de la velocidad que propone la OMS son: incorporar a la construcción o modificación de las calles y rutas, elementos que pacifiquen el tránsito como rotondas y badenes. Establecer límites de velocidad adecuados a la función de cada tipo de vía y hacer que se respeten los límites de velocidad, tanto por métodos automatizados como mediante controles realizados por agentes de tránsito. También dotar a los vehículos nuevos de innovaciones tecnológicas, como los sistemas inteligentes de adaptación de la velocidad y de frenado de emergencia o sensibilizar a la población sobre los peligros de circular a una velocidad excesiva e inadecuada.
Según los datos de ese trabajo, las tasas de mortalidad por accidentes de tránsito son casi tres veces más bajas en Europa que en África. Y los países que han logrado reducir más drásticamente las tasas de mortalidad y de traumatismos por incidentes de tránsito en las últimas décadas fueron los Países Bajos, el Reino Unido y Suecia. Porque además fueron los que abordaron el problema priorizando la conducción a una velocidad segura como uno de los cuatro componentes del denominado “enfoque de sistemas para la Seguridad Vial”, que abarca también la vía pública, el vehículo y el usuario.
Dentro de esos países, los responsables municipales fueron los principales impulsores de un movimiento creciente que aspira a transformar esas ciudades y hacerlas más “habitables” para todos. Según su experiencia, reducir la velocidad y mejorar la calidad de la Seguridad Vial les genera beneficios adicionales a su población, porque entre otros cambios aumentó el uso de la bicicleta y de los desplazamientos a pie. Pero como inmediata consecuencia se produjo la reducción de ruidos y de contaminación atmosférica. Y a la vez, estas acciones contribuyen a mejorar la salud, porque disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y otras enfermedades no transmisibles.
Un flagelo latinoamericano
El estudio de la OMS destaca que en América Latina y el Caribe, los siniestros de tránsito hacen estragos entre las poblaciones más jóvenes. Las lesiones causadas por accidentes viales son la principal causa de muerte en niños de 5 a 14 años en una decena de países de la región. Al enfocar las estadísticas exclusivamente en motocicletas, países como Brasil, Colombia, República Dominicana y Uruguay reportan que este tipo de vehículo es el responsable de casi la mitad de los fallecidos en siniestros viales. Esto lo convierte en uno de los principales desafíos en materia de Seguridad Vial para la región.
La cantidad de motos que circulan en las ciudades de América Latina es cada vez mayor: en Brasil se incrementó un 346% en tan sólo 11 años y el porcentaje de menores de 17 años fallecidos también aumentó drásticamente: en 1996 representaba el 1% de las víctimas, en 2006 alcanzaron el 12% y en 2014 llegaron a representar el 26% de esas muertes.