Seguridad Vial: el error humano, el mayor riesgo en rutas y caminos

La conducción imprudente y el exceso de velocidad es lo que provoca la mayor cantidad de  siniestros viales en la provincia. Así lo estableció la jefa del Programa Seguridad Vial, María Ana Baretto, luego de presentar los datos que releva el Observatorio Vial Provincial, y además destacó que las víctimas fatales en San Luis disminuyeron este año debido a dos factores: la infraestructura vial que hoy tiene San Luis que contiene al 40 por ciento de las autopistas del país y los controles policiales preventivos en rutas como método disuasivo con la finalidad de prevenir y cuidar la vida de las  personas. Según ese relevamiento en lo que va del año se han registrado 36 víctimas fatales, lo que representa una reducción del 30 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.

En lo que va del año se han registrado 36 víctimas fatales en siniestros viales, lo que presenta una reducción del 30% con respecto al mismo periodo del año anterior.

“Las estadísticas nos indican que más del 90 por ciento de los incidentes de tránsito tienen como causa desencadenante el factor humano. Y en un alto porcentaje esto obedece al desconocimiento o desinterés por las normas imperantes en la materia”, dijo la funcionaria. Sin embargo, señaló que San Luis “ha logrado reducir los riesgos asociados al factor humano con la construcción de autopistas seguras, donde además asegura su mantenimiento, la colocación de reductores de velocidad, la señalización vial y la presencia permanente de operativos de control y prevención como método disuasivo, a través de las fuerzas policiales y de la Guardia Vial”. Y recordó que la provincia “dispone de obras en infraestructura vial que la ubican como una de las más desarrolladas”.
Baretto explicó que “en los siniestros viales actúa un triángulo accidentológico donde la base es el  factor humano que tiene el mayor porcentaje de responsabilidad por imprudencia y negligencia; derivado del exceso de velocidad y los malos hábitos en la conducción que hacen producir permanentemente estos hechos. Después está el factor ambiental, asociado al estado de la infraestructura vial y finalmente que los automóviles estén en buenas condiciones mecánicas”.
La jefa de Programa se lamentó por el comportamiento de los conductores y peatones porque aseguró que “hay un desinterés total por la vida cuando uno conduce un automóvil: la gente no dimensiona lo que significa transitar por un espacio público porque baja la percepción del riesgo y todo el tiempo nos estamos arriesgando sin medir que el objetivo primordial es preservar la vida humana”. E insistió en que “lo que más nos preocupa a los que trabajamos en seguridad vial es que a la gente le da más miedo pagar una multa que perder su vida. Esto lo queremos cambiar y generar una cultura de la prevención para que las personas respeten las normas viales; no por miedo a una multa sino para que cuide lo más valioso que tiene que es su propia vida”. 
Entre los datos que revela el Observatorio, destacó que “el 89 por ciento de los siniestros viales hoy se producen dentro de los límites municipales y el resto en rutas o autopistas. Por eso ya sabemos que tenemos que trabajar intensamente con los municipios, porque el tránsito no es una competencia delegada por la Nación y se reserva a cada provincia. Y a su vez por las autonomías municipales, cada intendencia puede regular el tránsito como mejor le parezca. Por más finalidad loable que tengamos, nosotros no podemos desautorizar a los municipios porque no tenemos esa competencia”. 
Baretto dijo que apenas asumió, en diciembre de 2015, lo primero que puso en marcha fue el Consejo Provincial de Seguridad Vial donde participan todos los actores sociales, intendentes y los comisionados. “A partir de ahí comenzamos a recorrer todas las localidades a través de asambleas regionales para escuchar los problemas que tenían en cada lugar y darles las herramientas para que pudieran alcanzar una solución. Porque nuestra finalidad es reducir los índices de siniestralidad vial en toda la provincia”.
Con la creación del Observatorio Vial se abrieron oficinas locales que son las que aportan los datos para que luego se pueda medir dentro de los ejidos municipales y saber qué intervenciones se pueden hacer para reducir esos números. Desde poner un semáforo, un reductor de velocidad, hacer campañas o actividades en Educación Vial”. En esa área designaron a la especialista en Estadísticas, Fátima Cantisani Fiesta, quien además cuenta con un máster en Economía Urbana. “Era necesario que la persona que estuviera al frente del Observatorio supiera leer los números que se recopilan en ese registro único de los siniestros que suceden en la provincia. Porque es fundamental saber cuáles fueron las causas que los desencadenaron, hacer un diagnóstico y finalmente concretar la intervención vial correspondiente”, detalló.
Otra concreción importante fue el Programa de Asistencia Integral para Víctimas y Familiares de Siniestros Viales. “Hay que destacar que San Luis es la primera provincia en contar con este servicio que sólo lo brindan dos municipios en el país que incluye apoyo psicológico, jurídico y social. Es para evitar que esas personas tengan que pasar por una revictimización, y en cambio tenderles una mano amiga. 
Hace un mes que fue designado el especialista en Psicología en el Tránsito, Jorge Sáez, que como primera medida visitará las organizaciones que nuclean a personas que han sufrido por un siniestro como Estrellas Amarillas o la Fundación desde el Cielo para saber qué necesitan y luego empezar a tratar  los temas particulares.  Baretto anticipó que ya trabajan “en un protocolo de actuación para estos hechos porque primero queremos abarcar la contención inicial con los organismos de Salud y Emergencias porque son los que hacen la asistencia apenas sucede un incidente vial. Y después lo que se llama asistencia secundaria donde el Estado no puede estar ausente porque hay personas que quedan totalmente desamparadas porque el que murió era el único sostén de esa familia”. Además los acompañarán para que tengan asistencia judicial y conozcan los derechos que les asisten, sobre todo a los más vulnerables.
Pero la implementación de la Educación Vial en las escuelas es el gran desafío que tiene por delante: “Lo bueno que tienen los chicos entre 5 y 10 años es que son más permeables y es más fácil trabajar estos temas con ellos porque generan un efecto multiplicador de buenos hábitos en sus entornos. Por eso hemos elaborado un plan educativo para fomentar la cultura de la prevención y buena conducción. Hacemos muchas actividades con las escuelas pero todavía no podemos llegar a todas. Pero sabemos que para tener una tarea permanente no es fácil  porque hay que formar a los docentes de las 500 escuelas de la provincia para que dicten contenidos de Educación Vial. Por eso, a través de un cuerpo de capacitadores hoy realizamos actividades y acciones especiales en todos los colegios que podemos", admitió Baretto.