Para Nicolás Teté, el joven y prolífico director de cine villamercedino, "La vida sin brillos", su tercera película, significa un momento de cambio en su carrera. Por caso, es la primera vez que filma un documental y también es la experiencia inaugural en compartir la dirección.
Pero el hecho que más remarca Nicolás de la película que dirigió con Guillermo Félix es que su estreno mundial será en el BAFICI, el festival de cine independiente al que siempre quiso llegar. "Hace diez años, desde que estoy radicado en Buenos Aires, que vengo al festival. Que una película mía se estrene acá era una meta en mi carrera", dijo.
El estreno mundial de "La vida sin brillo" será hoy en la sala del cine Village de Recoleta, una de las sedes del festival. El viernes y el sábado se repetirá la proyección en el mismo lugar.
Otro de los hitos de la película es que mañana y el domingo se verá, gratis, en pantallas gigantes de plaza Francia y un playón de Chacarita, otras sedes del BAFICI. En esas funciones, "La vida..." será la primera película en la historia del encuentro en reproducirse con un sistema especial para ciegos y sordos.
La película es un documental que cuenta la vida de las diez actrices que participaron en "Extinguidas", la obra teatral con la que José María Muscari quiso homenajear a una generación de vedettes que está a punto de colgar la purpurina.
Adriana Aguirre, Noemí Alan, Luisa Albinoni, Patricia Dal, Silvia Peyroú, Mimí Pons, Beatriz Salomón, Sandra Smith, Naanim Timoyko y Pata Villanueva regresan al cine de la mano de Teté con el documental que retrata su presente, a 30 años de su época de gloria.
Otra de las novedades que representa la película para el villamercedino es que fue la primera vez que filmó fuera de su provincia natal. "Como habla de la calle Corrientes es una película muy porteña, por lo que tuve que cambiar el chip de los escenarios", explicó jocoso el director.
En su carrera, Teté filmó "Últimas vacaciones en familia" y la exitosa "Onix", que todavía se presenta en festivales y salas de todo el mundo.
La diferencia mayor que encontró el autor respecto a sus antecedentes es que en el documental debió trabajar sobre la realidad, con personas que debían mostrarse tal cual son y no seguir un papel determinado. Como si fuera poco, para el trabajo Teté hizo una tarea que pocas veces realizó pese a su experciencia en el cine: tomar la cámara él mismo.
"Esa fue otra de las cosas nuevas para mí. Lo hice porque tuvimos que dividirnos las tareas con Guillermo y acordamos que yo me encargara más de los planos y de las tomas", recordó el mercedino.
Como ocurre habitualmente con producciones como "La vida...", hubo mucho material que quedó afuera de la hora y media que dura la película. "Tuvimos mucho tiempo editando, después de ver y seleccionar las tomas que creíamos conveniente mostrar. Creemos que quedó un documental acorde a la vida de sus protagonistas", concluyó el director.
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