Condenan a 22 años de prisión al joven que mató a Denisse Cid

Franco Ezequiel Aguirre no se negó a declarar mientras era investigado por el asesinato de su pareja, Denisse Cid Frescia. Lo hizo hace casi dos años, días después del crimen, y le mintió a los pesquisas, dando una coartada falaz, que las pericias mismas rebatieron. Volvió a hacerlo hace un mes, cuando la Cámara del Crimen 1 empezó a juzgarlo, y reiteró que le pegó un tiro a la chica en medio de un chiste, de un juego que inició cuando ella tomó un arma de fuego. Y ayer se sentó de nuevo ante los jueces, antes de escuchar la condena, para intentar atar los hilos sueltos de su versión y asegurar que no tuvo la intención de hacerle daño a su pareja, que quiso darle un futuro mejor. De cualquier forma, el tribunal lo condenó a 22 años de prisión, exactamente la misma cantidad de años que tiene.

Los jueces Domingo Flores, Silvia Aizpeolea y José Luis Flores lo consideraron autor de “Homicidio calificado por el vínculo”, tal es la calificación que la fiscal de Cámara 1, Carolina Monte Riso, solicitó ayer en su alegato. Sólo que ella y la fiscal de primera instancia habían coincidido en su pedido de que lo condenaran a prisión perpetua por el hecho ocurrido el 29 de marzo de 2015 en una casa del Anexo 5 del barrio Eva Perón de San Luis.

Pero el tribunal entendió “que concurrían circunstancias extraordinarias de atenuación, por lo que, en base a eso, le dieron 22 años”, resumió ayer una fuente. De todos modos, habrá que esperar unos días para conocer los fundamentos.

Con la admisión que su defendido hizo de haberle disparado a su novia, la defensora del acusado, Adriana Algarbe, requirió, a su turno, que Aguirre fuera condenado, en todo caso, por un homicidio culposo. Ese delito tiene una pena máxima de cinco años.

El debate oral retomó con fuerza esta semana. En particular, el miércoles, declararon el forense Jorge Giboín, que hizo la autopsia al cadáver; Luciano “El Coreano” Gómez, el vecino del barrio Monseñor Di Pasquo que accedió a que un hermano del acusado ocultara en su casa el arma usada en el crimen; Jenifer Aguirre, hermana del detenido y dueña de la casa donde ocurrió el asesinato; Miguel Cid, papá de la víctima; y un policía de la Comisaría 7ª, uno de los primeros que llegó a la escena.

En su argumentación, Monte Riso destacó como elementos de cargo las referencias que dieron durante el proceso el forense Giboín y la perito Carla Rodríguez, que avalan la hipótesis de que Aguirre le disparó a Denisse en medio de una pelea, posiblemente por celos.

El forense indicó que las marcas detectadas en el cuello de la joven eran correlativas a un ejercicio de presión. La presunción de la fiscal es que, mientras con la mano izquierda tomó a Denisse por el cuello, para inmovilizarla, con la otra, Aguirre manipuló el arma, que apoyó en el pómulo de Denisse.

Algarbe refutó el informe del forense: dijo que los moretones en el cuello correspondían, en realidad, a chupones. Previamente, los familiares del acusado declararon en ese sentido. La madre y una hermana dijeron que Franco y Denisse se hacían mutuamente ese tipo de marcas.

Rodríguez brindó una explicación que permitiría entender por qué a Denisse le dio positivo el dermotest, la prueba que detecta restos de los componentes de la pólvora. “Dice que esto es producto de un acto de defensa, pues ella habría intentado quitarse el arma de la cara, y lo empujó, para alejarlo. Tenía el caño apoyado en el rostro. Por lo que dijo el forense, el tiro se produjo a entre 3 y 5 centímetros”, contó la fuente.

Varios testigos mencionaron el desorden que había en la habitación en la que el acusado y la víctima vivían junto a Agustín, el hijo de ella. Los parientes de él, por su parte, negaron que fuera así. Para la fiscal, son índices de la lucha que hubo.

Ayer, en la ampliación de la declaración indagatoria, Aguirre manifestó que al televisor –un artefacto que varios testigos vieron tirado en el piso, con la pantalla apoyada en el suelo–  él lo había desenchufado y bajado “para justificar esa versión que le dio en primera instancia a la Policía, que unas personas con las que había tenido un problema esa tarde lo persiguieron, entraron en su casa y le dispararon a Denisse”, sintetizó el informante.

Pero a ese detalle, la explicación de que por qué había movido la pantalla, nunca antes lo dijo, recién la brindó ayer.

Para la fiscal, todos esos elementos demuestran que es poco probable que el caso se encuadre en un accidente, y marcan que hubo una acción deliberada, una intención de matarla, que sabía que lo hacía. Consideró que no se manipula un arma, se la martilla y se la coloca a la altura del pómulo sin pensar, sin prever que puede dispararse, acotó.