Milagros Sánchez, la nueva joya del polo

Es una apasionada de los caballos. A los 6 años empezó a jugar al polo. Primero fue un hobbie, después se transformó en una pasión, ahora convive todos los días con esta disciplina. Se llama Milagros Sánchez, la chica de Concarán que con tan sólo 17 años brilla en Buenos Aires.

Disputó dos torneos. En uno llegó a la final. En el otro se coronó campeona. Fue elegida la mejor jugadora. Juega de 4. Es la armadora. La que organiza todo el juego. Le gusta estar en pleno contacto con la bocha.

La primera experiencia en Buenos Aires la llevó a llegar a la final. Fue en el Torneo Apertura. Tuvo de compañera a Annabel (Inglaterra), Ginevra (Italia) y Camila Rosi. Unos días después disputó el torneo La Cañada Ladies Cup y se consagró con el elenco La Maroma, que estuvo integrado por Sofía Lorenzo y Alejandra Jaeschke -ambas de Villa Mercedes- y Pilar Couregges (General Villegas).

Su papá Juan Carlos y su hermano Ezequiel juegan en Los Sauces de Concarán. Si bien es cierto prefiere competir con hombres, porque para ella el juego con las damas es más tranqui, también es verdad que el polo femenino, de a poco, va encontrando su lugar, y en ese espacio se mueve con mucha jerarquía Milagros.

No fue fácil para ella tomar la determinación de irse a Buenos Aires. Cuando las lágrimas quieren asomar por su mejilla, se acuerda del esfuerzo de los viejos. Papá Juan Carlos y mamá Marcela van a verla a los torneos y regresan a Concarán para cumplir con sus obligaciones. Tal vez ahí se le haga más difícil, cuando los papis pegan la vuelta para el pueblo. Ese pueblo que vio nacer a Mili. Donde tiene toda la familia. Los amigos. Los compañeros del colegio "Doctor Eleodoro Lobos". En el campo de Concarán empezó a taquear. Si todavía se acuerda de "Zorrito", el caballo que montó a los seis años en su primer torneo.

La pasión por el polo es grande, pero el amor por su patria chica también. Las lágrimas de mamá cuando dejaba a la nena en Buenos Aires hicieron que el corazón se le saliera de su lugar habitual, pero ahí nomás se acordó que ella eligió esta disciplina y que no va a parar hasta llegar. Es un sueño que persigue hace once años. Y dicen que a los sueños hay que perseguirlos.

Son pocas las chicas del interior que están compitiendo en Buenos Aires. "Mili" se fue con su ilusión y con su caballada. "Acá está todo armado. No te imaginás a qué nivel se mueven. Y yo llegué con mis caballitos a jugar con las hijas de Adolfo Cambiasso, Novillo Astrada y Milo Fernández Araujo. Y el domingo voy a compartir equipo con Lía Salvo (9 de handicap) que es la mejor jugadora de polo", sentenció con voz firme y segura.

Hace maravillas con la bocha. Tiene mucha destreza y coraje, un combo perfecto para ser una gran jugadora. Tiene mucha proyección, con tan solo 17 años jugó innumerables certámenes a lo largo y a lo ancho del país. No teme en prenderse en campeonatos con varones, ahí juega de "1", que es la delantera. Y los encara sin importarle que le tiren el caballo encima. Ya sufrió una fractura, pero la lesión no la detuvo. El miedo no la paraliza. Le tiene respeto al deporte y a los rivales, pero la palabra miedo no existe en el diccionario de Milagros.

Cada dos palabras que dice, una es dedicada a la familia. Se le infla el pecho cada vez que habla de los suyos. Es una piba humilde. Perfil bajo. Amiga de sus amigos.

El presente la tiene brillando en Buenos Aires. Lejos de su Concarán natal. Las luces no le nublan la vista. Tiene bien enfocado el horizonte. Sueña con vivir del polo y sabe que para lograrlo debe trabajar mucho y competir con las mejores. Estos torneos son el primer paso. Pueden ser el trampolín que necesita para dar el gran salto. Está preparada para todo. Fue con la idea fija de aprovechar la experiencia. Sabe que lo mejor está por venir.