Las tres rotondas: un paseo de compras al norte de la ciudad

Al norte de la ciudad de San Luis la Avenida del Peregrino divide las "aguas" entre unos 15 barrios. Sobre la calle Los Puntanitos que recorre de punta a punta las 3 rotondas hay cerca de 50 comercios, y la expansión no termina ahí, porque en las calles transversales otros vecinos ofrecen sus productos. Al respecto, las ventajas que la mayoría de los lugareños señalan son que no tienen que tomar un colectivo y viajar hacia el centro, y por consiguiente pueden hacer las cosas caminando. Además de que evitan el tráfico, y la fatiga de no conseguir estacionamiento, y para los conductores, la pérdida de tiempo que implica manejar en calles congestionadas y llenas de gente.

A lo largo de sus 15 cuadras, negocios de diferentes rubros se posan sobre el margen oeste de la Avenida del Peregrino o ruta provincial Nº 3 norte. La mayor concentración de locales está en el medio del tramo que va desde el Puente Favaloro hasta las últimas casas de la 3ª rotonda, entre la primera y la segunda rotonda. Son más de 30 rubros diferentes que van desde un estudio contable y de gestión de trámites hasta un casino, pasando por un rapipago, una veterinaria y una vidriería. Pero sin dudas los parripollos y las casas de comida son los preferidos por los comerciantes. Para satisfacer la mayor cantidad de necesidades de los vecinos, otro rubro muy popular son las despensas "con de todo un poco". Las peluquerías también tienen un protagonismo especial en el extremo norteño de la capital.

El dueño del Pago Fácil que está al comienzo de la 3ª Rotonda, Esteban Cuoghi, opinó que “cayó muy bien nuestra llegada porque acá no hay, además fuimos los primeros en traer Western Union –el sistema de envío de dinero al extranjero-. Creo que está bueno descentralizar los comercios y llevarlos a los barrios. Hace 10 meses que tenemos el local y nos está yendo muy bien, veo que hay muchos negocios diferentes, lo único que me parece que faltaría es un lavadero de autos”. Él y su mujer, Valeria March, alquilan el espacio, pero a su vez viven en el barrio. “Esta buenísimo que se abran locales y no tener que depender de ir al centro para comprar algo, te hace perder el tiempo y encima tenés que pagar estacionamiento. Siempre tratamos de no ir, de hecho estuvimos 3 semanas sin salir de acá. La verdad que hay de todo, no tiene nada que envidiarle al centro”, manifestó.

Una vecina caminaba rápido por Los Puntanitos, parecía algo molesta. “Tengo que caminar hasta un quiosco que está en la 1ª rotonda, para conseguir cigarrillos”, dijo mientras enfilaba a toda prisa en dirección norte-sur. “El precio acá está librado al azar, este lugar al que voy, te los vende al precio correcto. Esto es una vergüenza, un sálvese quien pueda, estoy muy disconforme con los negocios de acá”, expresó Beatriz Menutti.

Pero no todos piensan igual. Para otros tener este paseo de compras tan cerca es una bendición. Freddy Albelo trabaja en una verdulería y es vecino del barrio. “Está todo cerca, el Aiello, el Vea... no hay necesidad de ir al centro, de hecho creo que hace como un mes que no voy. Hay negocios por todos lados, hasta tenés un Pago Fácil. Es preferible quedarse acá y comprar en uno de la zona, porque allá siempre son los mismos, no cambió nada a mi gusto”, aseguró y manifestó que hay tránsito de gente continuamente “también pasan muchos autos, sobre todo durante la mañana”.

Entre piñatas y disfraces

 Andrea Díaz pasa sus días atendiendo el Cotillón Fantasías. Hace dos años que alquila el local porque en donde vive “no hay tanto movimiento como acá”.

“La gente siempre cree que en el centro van a encontrar las cosas más baratas, pero en realidad los precios son los mismos. Por ahí cuesta un poco que te conozcan, pero a veces pasa que caen al local por una urgencia y se encuentran con todo lo que tenemos; después lo meditan y antes de irse al centro se acercan y preguntan por lo menos”, dijo y destacó que “recibir tarjetas de crédito y débito ayuda muchísimo con las ventas, porque a veces no tienen efectivo y el cajero se queda sin plata”.

Andrea aseguró que los vecinos no son los únicos que compran en la zona. “Mucha gente que no es del barrio, que pasa por la ruta para y compra por acá. Vienen de La Punta o de Las Chacras, compran disfraces o algo para la torta de cumpleaños, ese momento de urgencia hace que vengan, entonces los capto como clientes y después vuelven”, reveló y dijo que ella aprovecha mucho el circuito de locales “porque no puedo andar por el centro. Hay todo tipo de negocios y mientras menos vaya al centro mejor. Vivo acá desde que entregaron las casas hace unos 15 años más o menos y vi cómo esto creció muchísimo, al menos siempre se va agregando gente y van viniendo nuevos clientes y comerciantes”.

Una "Warnes" a metros de avenida España

La avenida Ejército de los Andes es un buen polo para el rubro automotor. A pesar que su paralela, la avenida España se lleva todas las miradas de los clientes, los comerciantes no pierden las esperanzas y apuestan a sus compradores fijos y los que se asoman por recomendación. Lubricentros, talleres de mecánica, colocación de equipos GNC, servicio de chapa y pintura, concesionarias, gomerías y locales de repuestos, coparon las cuadras.

Pero también, los rubros de siempre la eligieron. Panaderías, casas de comidas, locales de compra y venta, quioscos, almacenes grandes y hasta una agencia de venta de quiniela cerca de un boliche reconocido para mayores de 40 años, se intercalan con los negocios automotrices.

Más de 25 negocios la comprenden entre Lafinur y Justo Daract. Gracias a que la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) está situada entre las calles, los dueños de maxiquioscos, almacenes y casas de comidas, agradecen a los estudiantes por dejarles buenas ganancias.

"En época de clases hay más movimiento. Los chicos vienen y compran snaks o caramelos y hasta cigarrillos, la verdad no podemos quejarnos. Además tenemos nuestra clientela propia que vive en la zona y por suerte no cambiaron de lugar para comprar", explicó Horacio Funes, entre risas, dueño de un maxiquiosco.

Rodrigo, acompaña a su padre en la labor diaria de ser mecánico y explicó que es una zona ideal para los fanáticos de los fierros. "Cada día viene un cliente con un auto diferente, uno más bonito que el otro", expresó. Contó que hace más de diez años que ayuda a su padre en el taller y agradece a Dios que nunca les faltó trabajo.

Mario es uno de los dueños del lubricentro "Avenida Automotores". "No tenemos mucha competencia, hay dos lubricentros más en la zona de la avenida y cada uno tiene sus clientes fijos. Pero también mucha gente nos recomienda entonces llegan personas por primera vez y todo suma", agregó. Además aseguró que están conformes con su ubicación y que los negocios a su alrededor siguen allí por sus buenos resultados en los servicios. "Somos tres los que nos hacemos cargo de los vehículos y hasta ahora no tenemos ninguna queja", aseguró.

Para Liliana, la situación económica está complicada hace años y sus ventas no mejoran. Dueña de la panadería "Manjares", la única en toda la calle, explicó que le gustaría que el cambio se logre de una vez. Asegura que debió ampliar la producción y las ventas de otros productos porque no logra mejorar. "Hace cuatro años que estamos y no hay mucho movimiento. La gente del barrio compra en otros lugares y los que vienen suelen venir porque esperan que sus autos terminen de ser arreglados, sino no pasa nada", contó. En cambio Juan Ignacio, empleado de una casa de comidas cercana a la parada del colectivo, dijo que todos los días se vende. "Parece que la gente no quiere cocinar porque todas las noches al menos una comida vendemos. Los estudiantes siempre vienen con ganas de algo rápido y estamos siempre a su disposición", aseguró.