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Atrapan a un menor que robó celular y lo vendía por la web

Por redacción
| 19 de enero de 2017
a la venta. el chico vendía el aparato a $4.500 en "gitaneando".

Luciana Yanina Martínez había dado por perdido al celular, que hacía poco compró. Dos “motochorros” se lo habían sustraído hacía cinco días, a media cuadra de su casa, y uno hasta se dio el gusto de enrostrarle el aparato en la huida. Pero la casualidad la cruzó de nuevo con lo que le habían robado y sus ladrones. No fue un contacto personal, sino virtual. Uno de los delincuentes, un menor, ofreció por una página de compra y venta de Facebook el teléfono. Entonces, cuando el adolescente fue hasta lo que pensó era un encuentro con un potencial comprador, en el barrio Ciudad Jardín de Villa Mercedes, se vio rodeado de un grupo de policías de la Comisaría 11ª.

 


Cuando los efectivos lo requisaron el chico de 15 años tenía 1.700 pesos y un Huawei P8, carcasa blanca, de la empresa Movistar, informó la oficial Anahí Becerra, de Relaciones Policiales. El celular fue reconocido después por la joven de 26 años en la seccional actuante y le fue entregado en el transcurso de la noche del martes.

 


Cerca de la 2 de la mañana de ayer, cuando Martínez se disponía a borrar los archivos y mensajes que había enviado el ladrón con su teléfono, notó que el cómplice le había escrito a la cuenta de Facebook del adolescente aprehendido.

 


—¿Por qué mandaste los milicos a  mi casa? Te la re mandaste—le decía.

 


Pero del otro lado nadie le contestaba.

 


—A vos te c…. con el P8. Por suerte, cuando vinieron (los policías) yo sólo tenía el (Huawei) Y6, que no es robado—finalizaba el chat.

 


En el aparato había, además, numerosas fotos de distintos celulares.

 


A la joven le robaron el viernes 13, alrededor de las 22:30. Ella había salido de su trabajo en el centro de la ciudad y se había ido a su casa del barrio Villa Celestina. Se duchó y partió en su moto a lo de una amiga, a entregarle un dinero, contó una fuente.

 


Martínez usó por última vez su Huawei cuando volvía de lo de esa amiga, en calle San Martín. “Antes de llegar al cruce con los semáforos, ella sacó su teléfono, se fijó que le habían contestado y lo volvió a guardar, como siempre, en el bolsillo de atrás”, dijo.

 


Para no demorarse con el semáforo de avenida Los Álamos, dobló una calle antes. Ella vio que detrás circulaban dos jóvenes. Pero no le dio importancia. Pensó que eran otros motociclistas como ella.

 


“Siguió por donde están las vías del tren y dobló en Bolivia”, relató la fuente. En esa calle, los de la moto se adelantaron. Le pasaron por el costado izquierdo y, en el roce, quisieron hacerla caer. En un acto reflejo, la chica apoyó su pie en el suelo y evitó la caída.

 


“¡Eh!”, le gritó ella. Mientras miraba a los del rodado rojo, el que iba de acompañante, un adolescente morocho, de labios gruesos, gorra con visera y remera blanca, se dio vuelta, la miró y le mostró el celular que acababa de sacarle.

 


Fue allí cuando Martínez se dio cuenta que lo que le había pasado no fue un accidente, sino intencional. En el roce, el adolescente metió su mano en su bolsillo y le robó el teléfono. Si el delincuente nunca le hubiera refregado el hurto, la damnificada quizás no se hubiera dado cuenta de que le habían arrebatado el aparato, lo más probable es que pensara que lo había perdido en el camino, estimó el informante.

 


Anteayer, a las 22:15, una amiga de la víctima vio que un tal “Chani” había publicado en la página “Gitaneando” dos fotos de un celular idéntico al robado. Lo vendía como nuevo, a 4.500 pesos.

 


La joven fingió interés en comprarlo. “Lo único que tiene es que está dado de baja”, le aclaró “Chani”. Pues, la noche del viernes, la legítima dueña llamó a la empresa de telefonía celular y pidió la suspensión del servicio.

 


La damnificada corroboró que se trataba de su Huawei P8 y no de otro, porque en una fotografía, en la parte trasera del aparato, podía verse un sticker con un código que coincidía con uno que tenía la caja de su teléfono. 

 


“¿Tiene auriculares?”, le preguntó la chica. “No, no tiene los accesorios”, le respondió “Chani”. “No importa, lo quiero igual ¿Dónde te puedo ver?”, le contestó ella.

 


El adolescente la citó esa noche, en la parada de colectivos, ubicado en frente del barrio Ciudad Jardín, a media cuadra de la Comisaría 11ª, en el kilómetro 698 de la ex ruta 7. El menor nunca alcanzó a ver a la supuesta interesada en el P8, sólo a un grupo de policías que le ordenó que se identificara.

 


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