La orquesta del jardín

Cerca de las 20 del viernes, el Patio de la República estaba tan colmado, que debieron colocar más sillas y algunos asistentes observaron la presentación de la Orquesta Sinfónica de San Luis desde los pasillos superiores.

El Sistema de Orquestas de la provincia, dirigido por Marcos Árquez, presentó aparte de su formación con un programa especial que incluyó a grandes clásicos y algunos tangos.

Casi veinte músicos deleitaron a un público compuesto no sólo de familiares, sino también de gente que gusta de la música clásica. “Es un placer para nosotros estar de nuevo acá y que los sanluiseños puedan disfrutar de este concierto”, dijo el profesor cordobés Fabricio Rovasio, quien dirigió todo el concierto.

El director general de las orquestas se ubicó detrás de todos los asistentes y observó todo el recital de pie, muy atento y con los brazos cruzados en el pecho.

La primera obra que lucieron fue “Palladio”, de Karl Jenkins, un compositor y músico británico aún en actividad, “tiene elementos que podríamos decir que imita o retoma sonidos del barroco como la clave, el abuelo del piano”, informó Rovasio, quien hizo una breve introducción en cada tema. 

Luego, presentaron el "Concierto para contrabajo y orquesta", de Domenico Dragonetti. Que representó el debut en el contrabajo para el solista Ismael Funes, un adolescente sanluiseño que asiste al Sistema desde muy pequeño y que fue largamente aplaudido. “Nosotros como profesores venimos a San Luis desde hace unos cuatro años, Ismael, que ahora es muy alto, era un niño cuando comenzó. El instrumento lo pasaba pero sin embargo él tenía la convicción de que quería tocar el contrabajo. Quiere ser y será un excelente contrabajista”, aseguró el profesor cordobés.

A continuación Hernán Rodríguez, otro profesor también de Córdoba, quien ejecutó exquisitamente el violín en la obra “Jazz Suite para violín y orquesta”, de Thom Sharp, advirtió que el contrabajo es un instrumento difícil de tocar ya que es muy grande, comparado con un violín. “En el contrabajo necesita destreza física para poder desarrollar prácticamente las mismas notas que en el violín. Cada instrumento tiene su dificultad, sus técnicas, no vamos a decir que uno es más difícil que otro porque vamos a desatar una guerra entre contrabajistas y violinistas”, dijo bromeando.

La próxima obra incluyó a un nuevo instrumento dentro del Sistema, el timbal, que ejecutó el profesor Sebastián De Vega durante la obra “Vals triste”, de Jean Sibelius.

Hacia la mitad del concierto, uno de los profesores pidió con mucho respeto que apagaran los celulares, ya que permitiría la concentración en los músicos y a los asistentes disfrutar las obras.

Otro  de los segmentos más aplaudidos fue la presentación de los solistas Mercedes Jofré en flauta traversa y de Alfonso Calvo, un eximio músico que ejecuta el clarinete e integra la Filarmónica de Buenos Aires del Teatro Colón.  Ambos resplandecieron en la obra  “Siciliana” del francés Gabriel Fauré.

El programa indicaba que el final era con obras del gran compositor argentino Astor Piazzolla con “Estaciones Porteñas”, Invierno y Verano, pero luego de las interpretaciones, el público pidió más y le dieron el gusto con una obra brasileña, muy dinámica que dio un cierre perfecto.