Saltos, golpes en la carrocería, "rebotes", y atascamientos. Todo eso debieron sufrir los conductores que se animaron a ingresar en los últimos días a la calle principal de acceso a la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus de San Luis (EDIRO) donde un “megapozo” de unos tres metros de diámetro, obligó a conductores de micros y autos a cambiar sus recorridos para poder ingresar a la terminal.
Los choferes de todas las líneas del servicio interurbano tomaron la decisión de esquivar como sea el atemorizante "cráter". Por eso pasaron de largo por la terminal, dieron la vuelta por la estación de servicio YPF “Bella Vista”, retomaron unos metros en sentido oeste por la avenida Santos Ortiz y recién allí entraron a la terminal.
“Hacer eso es un peligro”, reconoció el conductor de Polo, Marcelo Villegas, pero aseguró que no le quedaba otra alternativa, y lo dijo con conocimiento de causa. Ayer a la mañana su colectivo, repleto de pasajeros, quedó “encajado” en el pozo.
Varios colegas de Villegas coincidieron en que el problema se extendió un mes, pero que con las lluvias de las últimas dos semanas se agravó y se formó una pequeña lagunita que lo ocultaba y lo transformaba en una trampa mortal, especialmente a la noche. No se podía ver, a tal punto que los autos pasaban por el medio y directamente se hundían. Hubo golpes en el guardabarros y amortiguadores. Un colectivo atravesó con éxito el obstáculo, no sin antes bambolearse de un lado hacia el otro, como un edificio que le hace frente a un terremoto.
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