Además de ser de intensa actividad, la jornada puede ser definitoria en la investigación del asesinato de Romina Aguilar, la esposa del intendente de La Calera, Diego Lorenzetti. Por un lado, el viudo intentará tejer hoy, cuando amplíe su declaración indagatoria ante la jueza Penal Nº 3 de San Luis, Virginia Palacios, una suerte de red que sostenga su inocencia y que impida que se filtre una posibilidad que se presenta fuerte, la de ser procesado con prisión preventiva por el homicidio de su mujer. Por otro, la magistrado resolverá hoy la suerte del jockey brasileño Edivaldo De Oliveira Pereira, quien, además de confesar su participación en el homicidio y de señalar a Leandro “el Bocón” Vílchez como el autor material, aseguró que el viudo fue quien encomendó el crimen.
Su declaración está prevista para las 9, según le confirmaron a El Diario una fuente judicial.
Que Palacios procese a De Oliveira Pereira por el asesinato no sólo significaría que le da crédito a la versión del arrepentido, sino también que es alta la chance de que Lorenzetti tenga igual destino. Por ello, el relato que dé hoy es la carta fuerte (y la última) que jugará el intendente. Su declaración está prevista para las 9, según le confirmaron a El Diario una fuente judicial y uno de los defensores de Lorenzetti, Rodolfo Mercau.
El abogado contó que ayer tomaron tres testimoniales, la de dos amigas de la víctima y la de un policía de la división Homicidios que intervino en las averiguaciones. Por lo que explicó, este agente se entrevistó con fuentes que aportaron cierta información, desde la que se trazó la relación entre los dos detenidos y Vílchez, el sospechoso que está prófugo.
Ayer, en la ampliación de su testimonial, el efectivo “ratificó su declaración; le preguntamos a quién le había tomado esos datos –NdP: que estarían plasmados en un informe–. Contestó que no tenía referencias de los informantes. Ni apodos tiene de la gente con la que habló. Explicó que no puede decir quién le dijo, porque está en la brigada de calle y siempre trabajaban así, de esa forma recaban la información”, sintetizó Mercau. Sus respuestas, dijo el letrado, le imposibilitan identificar, ubicar y citar a quienes presuntamente aportaron datos.
Lo que llama la atención de Mercau y de Rafael Berruezo, el otro abogado contratado por Lorenzetti, es que sus dichos guardan gran relación con lo manifestado por De Oliveira Pereira.
Días atrás, los defensores le presentaron a la jueza un escrito en el que cuestionan el informe de ese policía y ponen en duda la veracidad de la confesión de quien fuera jinete de los caballos de Lorenzetti. En el documento refieren, además, que “es obligación y necesidad del personal policial (…) la correcta aplicación del derecho y seguir las directivas del juez como auxiliares de la Justicia” y recalcan que “es tiempo de que los funcionarios policiales dejen de actuar con automaticidad en el afán de buscar y fabricar pruebas” y de que sigan “otras hipótesis, buscando ser objetivos”.
Una de las amigas de Romina que declaró ayer vive en San Luis, y la otra, en La Calera. Ambas tenían contacto frecuente con la víctima, dijo Mercau. Sus declaraciones han tenido, según los defensores, el mismo tenor que las de otros allegados a la joven. “En el juzgado siempre se les ha preguntado (a las personas citadas) si Lorenzetti era violento, o golpeador. (Ayer) estas amigas de Romina respondieron que no, al igual que otros testigos. Se las interrogó sobre si tenían conocimiento de algún problema grave de pareja, y dijeron que no”, refirió.
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