Está fuera de peligro el nene herido en caída a un precipicio

Santiago está bien, y eso prácticamente es un milagro. El auto en el que viajaba con su mamá se desbarrancó el jueves a la noche en el camino del mirador, que va de Potrero de los Funes a La Punta, y cayó 200 metros por una quebrada antes de despedir al chico, que no perdió el conocimiento. Sus jadeos permitieron que los bomberos pudieran hallarlo en mitad de la noche, golpeado y con un corte en la boca, pero sin heridas graves. La mujer no sobrevivió.
El nene de un año y nueve meses viajaba en el Chevrolet Agile blanco que manejaba su madre, Noemí Eva Carballo, una vecina de Juana Koslay de 39 años. Minutos antes de las 22, una pareja de novios que subía en moto hacia el mirador desde La Punta vio al vehículo estacionado en el carril contrario por el que debía circular, a cien metros antes de la cima, con las luces encendidas y el motor en marcha, pero no le prestaron atención. “El auto estaba en el carril oeste y debía estar en el este, porque descendía desde Potrero a La Punta. Además, los testigos manifestaron que la trompa apuntaba al vacío cuando ellos pasaron por el costado”, informó el jefe de la Comisaría 28ª de La Punta, comisario Marcelo Brizuela.
Los jóvenes, de 19 y 22 años, ya se habían sentado en el mirador cuando oyeron una fuerte acelerada y golpes de chapa contra las piedras. No pudieron verlo con claridad por la oscuridad, pero estaban seguros de lo que había pasado y llamaron al 911.
Acudieron policías de la Comisaría 28ª, de la 33ª de Potrero de los Funes y dotaciones de Bomberos Voluntarios de las dos localidades. Los rescatistas se movieron rápido, pero el Chevrolet estaba a 250 metros de la ruta quebrada abajo. Los cuerpos habían quedado cincuenta metros más arriba, cerca uno del otro, detalló Brizuela.
Primero dieron con Carballo, que ya no tenía signos vitales, según refirió el subcomisario Rafael Godoy, jefe de bomberos. Después escucharon el sollozo de Santiago, que estaba a 25 metros, entre unos arbustos. Cuando lo subieron hasta la ruta ya había una ambulancia esperándolo.
La médica Cecilia Cánepa, del servicio de urgencias del Hospital San Luis, informó que el chiquito tiene un cuadro de politraumatismos, la mayoría leves, y que está fuera de peligro. Sí tuvieron que practicarle una mínima cirugía plástica para suturar una herida cortante en un labio y lo dejaron internado en la terapia intensiva pediátrica, sólo por prevención.
Ayer, la Policía aún no hallaba una manera de sacar el auto del barranco. “Además de ser muy empinado, el terreno está lleno de piedras y vegetación que hacen imposible remolcar el vehículo hacia arriba, con una grúa con malacate, por ejemplo”, así que lo más probable es que quede allí unos días, confió el comisario. Lo que sí pudieron hacer fue una segunda inspección ocular en busca de las pertenencias de las víctimas que puedan haber quedado desparramadas, sobre todo su teléfono celular.
El juez Penal 1, Sebastián Cadelago Filippi, que supervisó los trabajos de la Policía y los Bomberos hasta aproximadamente las tres de la mañana, dispuso que el caso sea investigado como un suicidio. La hipótesis surgió no sólo del testimonio de la pareja de motociclistas, sino de las declaraciones de algunos compañeros de trabajo de la víctima, que aseguraron que la mujer estaba pasando por un mal momento anímico.
Trascendió además que Carballo les habría enviado mensajes de despedida a su ex esposo y a su hija mayor, que tiene 12 años y vivía con ella y Santiago. “Resta tomarle declaración al padre de los chicos, pero no es el momento, por todo lo que está pasando”, dijo Brizuela. El juez también ordenó que le practiquen una autopsia a la conductora.