"La arqueología puede aportar para la construcción de economías creativas"

Un equipo de investigación arqueológica y antropológica integrado por 14 profesionales financiados por el Conicet trabaja hace cinco años  de San Luis en la puesta en valor de sus yacimientos arqueológicos. Rafael Curtoni es el líder del grupo y dio una charla en la Universidad de La Punta donde presentó un proyecto para generar Economías Creativas Orientadas en las zonas rurales donde se encuentran estos restos arqueológicos. Según dijo, la idea es que los mismos habitantes se transformen en guías y custodios de ese patrimonio. Además, propuso formar un centro de investigación local junto al Gobierno de la Provincia.

—¿Cuál fue el motivo de la charla que brindó en la Universidad de La Punta?

—Tenía por función demostrar la relación que se puede establecer en San Luis entre la arqueología y los desarrollos locales. Específicamente cómo esta materia puede contribuir al desarrollo de emprendimientos socio productivos. Sobre todo en el  sector rural. Me interesa mucho demostrar cómo la arqueología aporta para la construcción de lo que denominamos economías creativas culturalmente orientadas. Más que hablar del conocimiento arqueológico de la provincia, me interesó tratar de explicar cómo con nuestra investigación que llevamos adelante 14 personas, hace cinco años, podemos aportar a estos emprendimientos socio productivos.

—¿Cómo se puede lograr eso?

—Las Economías Creativas Orientadas (ECO) siempre están en función de la puesta en valor del conocimiento. Y esta charla sirvió además para desmitificar esa idea que sólo asocia a la arqueología con el pasado, que si bien tiene su fundamento, nosotros pretendemos instalar ahora  que esta ciencia también tiene mucho para dar en el presente. Porque si bien es el estudio de las formas de vida del pasado, aporta a nuestro conocimiento sobre todo en la conformación de las políticas públicas que tengan que ver con emprendimientos turísticos como el rural, el cultural, de estancias y el científico.

—¿Cuáles son los atractivos que tiene la provincia para generar esto?

—Primero tiene muchas y muy interesantes potencialidades arqueológicas, pero además cuenta con una muy buena infraestructura como la red vial. Esto hace que sea posible poner en valor el patrimonio arqueológico y cultural de 8.000 años de antigüedad que posee la provincia. Para esto hay que revalorizar la infraestructura de los yacimientos arqueológicos de pinturas rupestres, con cuevas y aleros, para que más gente las conozca. Lo mismo hay que desarrollar con el patrimonio histórico con los procesos vinculados al paso de los jesuitas, la época de la colonia, el mundo indígena que generaron las culturas aborígenes y hasta con el patrimonio actual. Dentro de esto hay una complejidad interesante para explorar y poner en valor porque tiene que ver con el patrimonio intangible. Existe mucho conocimiento social, histórico y cultural que forma parte de un saber específico que habría que ponerlo en valor. Por ejemplo, el caso de los constructores de pircas. Los pirqueros atesoran un saber ancestral de los que quedan pocos referentes que saben cómo era la técnica de construcción en la antigüedad y eso es digno de registrarlo y ponerlo en valor.

—¿Cuáles serían los lugares donde podrían funcionar?

—La Gruta de Inti Huasi se puede poner en valor desde otro lugar por varias razones. Primero, porque es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Sudamérica donde se realizaron los primeros fechados radiocarbónicos (proceso físico químico por el cual se obtiene la antigüedad de los materiales). Y segundo, porque es un lugar muy reconocido por los sanluiseños que viene a apoyar y fortalecer la idea de puntanidad. Por eso hemos propuesto hacer una réplica de la gruta, que puede ser a escala o más reducida, con un display y técnicas modernas en la cual se pueda actualizar, pero en algún lugar de la ciudad capital. Esta experiencia ya se hizo en España con la Cueva de Altamira y en Francia con la Cueva de los Cros. Otro lugar donde ya empezamos a trabajar con los pobladores rurales en un paraje que se llama Planta de Sandía, que está después de Paso Grande, allí también hay pinturas rupestres rodeadas de un paisaje y fauna muy interesante donde queremos armar un sendero de interpretación que lo administren los pobladores locales, que a su vez hagan de guías, previa capacitación arqueológica y antropológica que nosotros les daríamos, para que comente la riqueza geológica, florística y faunística que tiene ese lugar. Por eso digo que tiene que estar muy relacionado con Gobierno para que forme parte de las políticas de promoción turísticas.

—¿San Luis cuenta con un equipo de investigadores?

—Nosotros hemos propuesto como política pública estratégica la creación de un Centro de Investigación Arqueológica y Antropológica donde los pobladores locales y la gente que conoce algún yacimiento tenga una referencia directa donde dirigirse y que, a su vez, sea un lugar de investigación que nos nuclee a todos nosotros. Donde podamos trabajar de manera interdisciplinaria. Eso nos ayudaría para hacer la investigación básica en el lugar, la puesta en valor y la difusión hacia el público. Hoy tenemos dos investigadores del Conicet viviendo en la provincia, que era una falencia que tenía San Luis, y ahora otros dos van a radicarse. La mayoría del grupo está apostando a quedarse acá porque ésta es una investigación de largo plazo. Sería muy importante que el Gobierno tomara esta decisión estratégica de apoyar el conocimiento científico porque sería pionera a nivel nacional, no es algo común en otros lugares. Lo que existe hoy son centros de investigación del Conicet repartidos en distintas provincias, pero disociados de los gobiernos provinciales. Lo que nosotros proponemos es hacerlo en sintonía con el gobierno provincial.

—¿Por qué lo considera estratégico?

—Porque en pleno siglo XXI hay un capital simbólico que la mayoría de los países lo conoce y lo maneja muy bien, que es el conocimiento. Y a través de él y la puesta en valor se logra la calidad de vida para sus habitantes. En el futuro cada vez más las políticas públicas que sean para favorecer la calidad de vida de las personas se hará a través de la puesta en valor del conocimiento científico. Y sobre todo con la promoción de proyectos de turismo cultural vinculados con los distintos patrimonios. Y éste es un consumo cultural que tiene una alta valoración en el mundo, y acá en San Luis están todas las condiciones dadas para generar proyectos con esta sintonía. 

—¿La gente que visita estos lugares tiene conciencia del cuidado que se debe tener?

—Hemos registrado hechos vandálicos sobre todo en las pinturas rupestres. Ahí tenemos que preguntarnos por qué alguien escribe un grafiti y para qué lo hace. A lo mejor es porque hay un desconocimiento del valor que tiene la pintura rupestre. Si nosotros queremos que los ciudadanos de cada región valoren y protejan el patrimonio, primero tienen que conocerlo. Y para eso hay que investigarlo, ponerlo en valor y difundirlo. En la medida que haya una educación patrimonial sistemática y los distintos actores, tanto rurales como de la ciudad, conozcan su patrimonio histórico y cultural que apoye los sentidos de identidad y promoción de la puntanidad, más lo van a defender y proteger. Y ésa es una tarea que nos toca a nosotros los investigadores científicos.