Peor que la yeta: 13 clausuras para una licorería sobre 25 de Mayo

Las cámaras y grabadores estaban en pausa mientras los periodistas seguían casi como en un “reality show” las novedades que recibía por teléfono el responsable de la Unidad de Control e Inspecciones Municipales (UCIM), Jorge Rodríguez, para saber si de una vez por todas sus inspectores podían cumplir con la orden de cierre temporal de una licorería. Finalmente, el propietario, con su comercio rodeado de policías,  aceptó respetar la clausura por 35 días dispuesta por el Juzgado de Faltas, medida que él mismo había incumplido en cuatro oportunidades.

La esquina de Manuel Láinez y avenida 25 de Mayo ya es una especie de clásico para los inspectores. “Winery” fue clausurado, según el Municipio de Villa Mercedes, en 13 oportunidades, pero en esta última vez tuvieron que llamar a la policía. El comercio fue sancionado por vender bebidas alcohólicas durante el horario prohibido (de 0 a 8), pero hubo cuatro operativos hasta que la medida se cumplió.

“Hicimos la clausura con dos oficios que mandó la jueza de Faltas, el primero fue hace más de diez días pero el dueño rompió la faja y la volvimos a reponer. El propietario quitó de nuevo la faja y no cumplió la clausura. Regresamos el viernes pasado y se resistió ya que se negó a salir del local. El miércoles llegó un nuevo oficio de la jueza que solicitó la intervención de la Unidad Regional II de la Policía. Y hoy (por ayer) finalmente pudimos efectivizar esta medida”, señaló Rodríguez.

Pero la tarea no fue fácil. A las 10:20 los inspectores municipales, acompañados por varios efectivos y un móvil policial llegaron hasta el comercio y, una vez más, colocaron la faja con las letras rojas. Veinte minutos después el dueño del local, Franco Fernández, llegó para quitar otra vez los carteles y abrir las puertas. De nuevo acudieron policías e inspectores y hubo una suerte de negociación durante más de media hora hasta que el comerciante entendió que si se resistía podía ser demorado por la fuerza pública y cedió.

“La clave es que esto sienta un precedente importante. La Justicia es lenta pero llega. Esto debe ser un mensaje para los demás que no cumplen, vamos a continuar con los controles, vamos a acudir a la policía y a golpear la puerta de la jueza las veces que haga falta para que se clausuren los negocios que venden alcohol después de las 12 de la noche o a menores de edad”, destacó Harold Bridger, subsecretario de Control Urbano.

Además de los 35 días que la licorería deberá permanecer cerrada, también le impusieron una multa por 10.625 pesos. No es el primer comercio del rubro que se resiste a estas medidas y que actúa de una forma que puede llevar a la justicia local a que determine el decomiso de mercadería o la clausura definitiva.

“Es uno de los casos graves, como algunos que se están dando en los últimos tiempos con este tipo de negocios. Es como un círculo vicioso: están en infracción, no cumplen con las ordenanzas y llega un momento en el que no cumplen con absolutamente nada y están fuera de la ley. Llegamos a una situación en la que tenemos que pedir el auxilio a la policía para que se cumpla con la medida dispuesta, cuando en realidad deben respetar las normativas y ordenanzas y no hacer  cualquier cosa”, expresó Mónica Fernández, jueza de Faltas.

En las autoridades municipales quedó una sensación de triunfo ante las innumerables situaciones en las que no se respeta a los inspectores, ni las ordenanzas. A pesar del triste récord de intentos de clausura, con la ayuda de la policía, lograron luego de un largo derrotero que se cumpla una sentencia firme y esperan que este caso sea un ejemplo para que el resto de los comercios cumpla con las normas y disposiciones vigentes.